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Historia del Proceso de Canonización de San Juan Diego

-Juan Diego es llamado embajador-mensajero de Santa María de Guadalupe. En abril de 1990 fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en El Vaticano y el 6 de mayo del mismo año Su Santidad presidió la solemne ceremonia de beatificación en la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe de la ciudad de México. El 31 de Julio del 2002 fue canonizado por el Papa Juan Pablo II, durante su quinta visita pastoral a nuestro país, en una ceremonia en la Basílica de Guadalupe y al día siguiente 1° de Agosto, Su Santidad bendijo el lugar donde actualmente se está construyendo el Santuario Nacional de San Juan Diego.

"En este momento decisivo de la historia de México, cruzando ya el umbral del nuevo milenio, encomiendo a la valiosa intercesión de San Juan Diego los gozos y esperanzas, los temores y angustias del querido pueblo mexicano, que llevo tan adentro de mi corazón".

S.S. Juan Pablo II
Homilía pronunciada en la Ceremonia de
Canonización de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin
31 de julio del Año del Señor 2002




En 1974, al celebrarse el V centenario del nacimiento de Juan Diego, tanto los Obispos de México como los de América Latina, propusieron la canonización de Juan Diego por considerarlo modelo de laico cristiano.

En 1979, durante su primera visita pastoral a México, Su Santidad Juan Pablo II habló de Juan Diego como ese personaje histórico fundamental en la historia de la evangelización de México.

Los Obispos mexicanos insistieron en que la canonización de Juan Diego era un hecho profundamente querido por gran parte del pueblo mexicano; entonces se dieron los primeros pasos y el 15 de junio de 1981, la Conferencia Episcopal Mexicana pide formalmente la canonización de Juan Diego, durante la Décima Asamblea.

El Arzobispo Primado de México, D. Ernesto Corripio Ahumada, escuchó estas súplicas y peticiones y con gran empeño inició los trabajos. El 8 de junio de 1982, la Congregación para la Causa de los Santos informó al Arzobispo de México los pasos necesarios que se tenían que dar para que todo el proceso fuera conforme al Derecho Eclesiástico.

El 7 de enero de 1984, en la Insigne Basílica de Guadalupe, se presidió la ceremonia donde se daba inicio al Proceso Canónico del Siervo de Dios, Juan Diego, el indio humilde mensajero de la Virgen de Guadalupe.

El 11 de febrero de 1984 se completó jurídicamente el Tribunal con la sesión de apertura y se llevó adelante el Proceso Canónico Ordinario que se pide en estos casos. En total fueron 98 sesiones.

Más de dos años de estudio y trabajo fueron necesarios para concluir la primera etapa del proceso, y el 23 de marzo de 1986, en solemne ceremonia se concluyeron estos trabajos, y toda la documentación y la investigación fue enviada a Roma.

La Congregación para la Causa de los Santos aprobó los trabajos realizados el 7 de abril de 1986. Ahí se presentó la "Positio" a los peritos en historia, así como a los teólogos consultores y al Congreso de Cardenales y Obispos de la Congregación, obteniéndose el voto afirmativo sobre el culto inmemorial y sobre la fama de santidad del Siervo de Dios Juan Diego.

El 9 de abril de 1990, el Santo Padre Juan Pablo II, por medio del Decreto de Beatificación, aprueba la Positio y reconoce la santidad de vida y culto tributado, de tiempo inmemorial, al Beato Juan Diego, manifestado por objetos de todas clases como son imágenes y diseños de Juan Diego en donde se le representó con aureola, su figura se esculpió en cálices, en púlpitos, en altares, en exvotos, en ofrendas; son varios los documentos en donde se declara que Juan Diego fue un indio buen cristiano y santo.

Y el 6 de mayo sucesivo, el mismo Santo Padre, durante su segundo viaje apostólico a México, presidió en la Basílica de Guadalupe la solemne celebración en honor del Beato Juan Diego, al leer el “Decreto al culto inmemorial” lo que equivale a una beatificación, inaugurando la modalidad del culto litúrgico que se le debía rendir al humilde y obediente indio, mensajero de la Virgen de Guadalupe.

Desde el 20 de noviembre de 1990, en la Curia del Arzobispado de México, se abrió el proceso canónico para recoger las pruebas sobre el milagro realizado por el Beato Juan Diego, concluyendo el 31 de marzo de 1994. El caso en cuestión, del 3 de mayo de 1990, fue la sobre vivencia de un joven de 20 años de edad, llamado Juan José Barragán Silva, quien cayó de una altura de 10 metros aproximadamente sobre terreno sólido, con un fuerte impacto causando fractura múltiple del hueso craneal y fuertes hematomas. Según la valoración de los médicos, la mortalidad superaba el 80%.

La Congregación encontró el proceso muy bien llevado, con textos que resultan bien informados y dignos de fe. En el conjunto, el caso disponía de una sólida base probatoria. El decreto de validez de los actos del proceso es del 11 de noviembre de 1994. En la misma Congregación, el 26 de febrero de 1998, los médicos especialistas lo aprobaron por unanimidad (cinco sobre cinco), sorprendidos de encontrar la fractura soldada y sin manifestar ningún signo de complicación, con una altísima probabilidad de muerte y con una modalidad de curación rápida, completa y duradera; era una inexplicable curación según el conocimiento de la ciencia médica.

La madre del joven fue la que, con gran fe, invocó al Beato Juan Diego por la salvación de su hijo. El 11 de mayo de 2001, los consultores teólogos, presididos por el Promotor de la Fe, aprobaron el milagro hecho por intercesión del Beato Juan Diego Cuauhtlatoatzin, con voto afirmativo por unanimidad. Sin duda alguna, el humilde Juan Diego es un ejemplo de santidad y un fuerte intercesor de su pueblo.

Todos los sucesores de Fray Juan de Zumárraga han promovido ininterrumpidamente el gran Acontecimiento Guadalupano, el cardenal Norberto Rivera Carrera, con un gran esfuerzo y una ferviente oración, ha impulsado de manera decisiva la Canonización del Beato Juan Diego. Asimismo, el Rector y todos los Canónigos de la Nacional e Insigne Basílica de Guadalupe, han dirigido peticiones al Santo Padre, para pedirle, humildemente, la pronta canonización del Beato Juan Diego.

Una vez realizados todos los trámites anteriormente mencionados, se celebró un "Consistorio Público" para dar a conocer la fecha de la canonización y después se procedió a la ceremonia de la misma.

El 31 de Julio del 2002, Juan Diego fue canonizado por el Papa Juan Pablo II, durante su quinta visita pastoral a nuestro país, en una ceremonia en la Basílica de Guadalupe, y al día siguiente 1° de Agosto, Su Santidad bendijo el lugar donde actualmente se está construyendo el Santuario Nacional de San Juan Diego.

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