Unidos en la fe
Viernes 2 de agosto
Hoy comenzó el día muy tranquilo y hermoso. En la cola del self service para el desayuno me comentó Carlos Azpíroz: «Vais a terminar el documento en el aeropuerto…» Y alguien comentó: «Se oirá por los altavoces: “Señor Quijano, Señor Quijano, ¡deje ya el documento y embarque…!» En fin, que por no darnos lástima, nos reímos de nosotros mismos…
La vida común
Capítulo General de Trogir. DominicosAyer comenzamos a estudiar este documento con el que la Orden pretende impulsar la renovación de la vida común en muchos aspectos: la liturgia, el proyecto comunitario, etc. Una dimensión que nos exige una conversión continua que lleva como referencia “El seguimiento de Cristo”. Está estructurado en tres partes:
1. Unidos en la fe.
Cada comunidad debe celebrar la liturgia como expresión de fe viva, expresión de la vida de la Iglesia y de la unidad de los hermanos. Nuestras Constituciones nos recuerdan que la misa conventual es el signo más preclaro de nuestra unidad. “Animamos a que se incluya la predicación en la misa conventual para fomentar el compartir nuestra fe”. En este contexto se pide que informemos al Socio del maestro de la Orden de nuestra región sobre los progresos en la traducción del Proprium Ordinis Praedicatorum para guiar la liturgia.
Se nos exhorta a tener presente el valor individual y orante de la Palabra de Dios y se nos encomienda “promover espacios de renovación y curación de nuestras relaciones fraternas” e incluir en el Proyecto Comunitario un tiempo de reconciliación comunitaria al menos una vez al año… Se nos pide, siguiendo el ejemplo de los apóstoles, que habitemos en la casa unánimes, con una sola alma y un solo corazón, frente a la polarización de los escenarios políticos, sociales, económicos… y que impulsemos dinámicas de unidad en vez de dinámicas de poder.
2. Misión como comunidad.
Se ordena a todas las comunidades preparar el Proyecto Comunitario tal como ordena el capítulo de Roma. Este tema se discutió mucho hoy al ser cuestionado por muchos frailes del área de habla inglesa declarando algunos que no sabían qué era exactamente; y más adelante suprimiendo la expresión de muchos textos con la excusa de que no se entendía qué quería decir. Alguien dijo: “Si se quita la palabra se quita la realidad”. Entonces se abordó el tema de frente y se defendió con claridad por parte, sobre todo de latinos, americanos, africanos y asiáticos: la unidad no sólo es para el interior de la comunidad sino también para la misión y el trabajo… Lo que está claro es que en esos países se ha ido afirmando un fuerte sentido individualista. Alguien señaló que se está dando entre nosotros un proceso de convertir nuestras comunidades en comunidades de Jesuitas (las cuales no tienen tan acentuado el sentido de comunidad como nosotros). En otro punto, se pide a los superiores que los compromisos ministeriales estén estructurados y sean llevados a cabo sin que dependan de los dones de un fraile particular … Que en la programación de las funciones comunitarias se tenga cuidado en compatibilizarlas con las ministerios. Finalmente, se exhorta a los provinciales a que se prosiga “la reestructuración de su presencia en sus territorios considerando la posibilidad de reubicar en comunidades o conventos más grandes a los frailes que viven solos o en comunidades pequeñas que están próximas entre sí”. Se piden normas para aquellos frailes que rechazan entregar su dinero a la comunidad y que se revisen cada año la situación de los frailes que han estado fuera de la comunidad.
3. Cuidado de los más vulnerables
Se nos exhorta a atender, acompañar y cuidar de los frailes mayores y enfermos que lo necesiten. Finalmente, algunas indicaciones sobre la salud afectiva y las adicciones.
4. Hermanos cooperadores
Se declara que, aunque la Orden es clerical, no implica que todos sus miembros sean clérigos. Es más, la promoción de esta vocación de hermano cooperador es una oportunidad más para romper con toda forma de clericalismo contraria a nuestra vida fraterna. Se felicita a todos los implicados en el Estudio Dominicano de Hermanos Cooperadores por su compromiso en revitalizar esta vocación vital en la Orden. Y se invita a los superiores a que animen y apoyen la reflexión comunitaria sobre el informe final elaborado por el Estudio Dominicano de Hermanos Cooperadores.
Comisión de Formación
Parte de la mañana había transcurrido suave y pausada y todos esperábamos que fuera a continuar así durante todo el día… ¡Un espejismo! Desde el primer momento, la discusión del primer punto se puso cuesta arriba con una dinámica de procedimiento de la que agotamos todas sus posibilidades: Primero “aclaraciones” del texto. Se hicieron análisis tan minuciosos que ya quisieran los lingüistas y hermeneutas más avezados…
Luego, la “discusión” propiamente dicha: primero se presentan una por una las enmiendas al texto. Si se propone una enmienda, primero la vota la comisión que ha elaborado el texto original para ver si la aceptan o no. En caso de que no la acepten se le da al que ha propuesto la enmienda la posibilidad de retirarla o bien reclamar su derecho a discutirla. Esto en el caso de que cuente con diez miembros de la sala que lo apoyen y, a continuación, dispone de tres minutos para exponer sus razones y de 15 minutos para ser discutida. Finalizado ese tiempo, si no se ha terminado, se vota nuevamente si continúa otros quince minutos más la discusión. Luego se vota la enmienda propuesta y, si es aceptada, se vota a continuación el texto originario con la enmienda introducida…
Esta libertad y democracia son maravillosas cuando sólo hay una enmienda, pero cuando hay una docena de enmiendas, discutirlas una a una con este procedimiento se hace interminable.
La aprobación de cinco líneas y media nos llevó exactamente una hora y diez minutos. Cuando le dije esto a Miroslav Konštanc Adam, Rector del Angelicum, que cumplía hoy 50 años –¡Auguri!– me contestó: “Sí, pero es mejor sufrir ahora que no después”… Qué duda cabe de que tiene experiencia de lo que implica una ley o una norma mal planteada o mal formulada. En el enorme respeto a los procedimientos y en el riguroso orden se notan los 800 años de democracia…
Toda esa minuciosa discusión de hora y diez minutos de reloj era para ordenar a los Priores conventuales que se organicen al menos dos veces al año una reunión de formación continua sobre las inquietudes del mundo, la realidad política o el tema que la comunidad quiera.
A continuación, se declara que al hablar de formación permanente se hace referencia no sólo a los contenidos posteriores a los estudios institucionales sino al proceso continuo de maduración del fraile. En particular se pide a todas las comunidades reflexionar sobre “La comunidad y su relación con la misión” y que organicen un encuentro Provincial sobre el tema entre 2014 y 2015 a fin de encontrar criterios para integrar esas dos dimensiones fundamentales en nuestra vida.
En la segunda parte de la tarde la comisión de Gobierno sometió a nuestra consideración la “Segunda Presentación” de la comisión en el proyecto de reestructuración de la Orden… La discusión fue larga y fuerte con dos tendencias que se manifiestan en las votaciones de algunos puntos que ya no salen con mayoría holgada sino muy raspada. Hay que afinar…. Luego los de la Comisión de Predicación “la interminable” nos reunimos hasta las nueve… ¡Ya queda menos! Os lo contaré mañana.
fr. Juan Manuel Almarza/dominicos.org