María, estás sola, ya no tienes a Jesús.
entras en la noche de la fe,
pero en ella alimentas serenamente la esperanza…
“Stabat Mater”
Permaneces en pie, en tu alma reina la calma.
Nosotros venimos a tu lado para consolarte
y eres tú quien nos enseñas con tu serenidad y tu paz,
con la fortaleza que irradia tu actitud.
Virgen María,
tú nos muestras ya desde hoy el poder y
la eficacia de la palabra sustancial
que Jesús pronunció ayer desde la cruz:
“Ahí tienes a tu madre”
Realmente tú eres nuestra madre:
nosotros queremos consolarte,
pero al verte no podemos ser
y no queremos ser más que niños.
Virgen María,
Madre nuestra del Sábado Santo,
sabíamos que eras para nosotros
una madre tierna y bondadosa,
pero nunca te habíamos visto tan grande,
tan digna, tan fuerte, y a la vez tan dolorosa…
¡Qué lección para nosotros!
Lección de esperanza y de confianza.
Tú nos enseñas cómo hay que llevar
el peso del sufrimiento
para que sea verdaderamente eficaz y fecundo…
con una esperanza siempre viva…
una esperanza cuyo único
punto de apoyo sea la palabra de Dios,
la palabra de Jesús
y que nos permitirá entrar
en el misterio pascual de la Resurrección.
[extractos de Misterio Pascual, Contemplación. Notre Dame de Vie ]
Para profundizar:
Descención a los infiernos. Sábado Santo por Mater Dei
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