“Fue Santo Domingo a visitar a Blanca, reina de Francia que después de doce años de casada no tenía hijos y estaba afligida sobremanera por ello. El Santo le aconsejó que rezara el Rosario todos los días para alcanzar del cielo la gracia de tener descendencia. Ella lo hizo, y su petición fue escuchada en el año de 1213, en que nació su primogénito a quien llamó Felipe. Pero, antes de que el niño abandonara la cuna, la muerte lo arrebató. La piadosa reina acudió más que nunca a la Santísima Virgen. Hizo distribuir gran cantidad de rosarios en la corte y en varias ciudades del reino para que Dios le concediera una bendición completa. Lo que sucedió, ya que en el año 1.215 vino al mundo San Luis, gloria de Francia y modelo de reyes cristianos”.
(De “El Secreto Admirable del Santísimo Rosario” de San Luis María Grignion de Montfort V.O.T.).
(Imagen: Oratorio de la Reina Blanca de Castilla en la Sainte Chapelle de Paris)
Traditio Spiritualis Sacri Ordinis Praedicatorum
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