Moscú, Rusia, 28 de mayo (apro).- Fundado por Sergei de Radonezh en el siglo XIV, el Monasterio de San Sergio en Rusia, es una de las visitas turísticas obligadas para los visitantes este país.El lugar, ubicado a unos 75 kilómetros de Moscú, sorprende no sólo por la arquitectura de sus iglesias y su bien conservado arte de raíces bizantinas, sino por el fervor con el cual acuden los fieles de la Iglesia ortodoxa pese a las siete décadas que duró el comunismo soviético.Desde las cinco de la mañana y hasta las nueve de la noche, según relata un guía, que al mismo tiempo es monje del monasterio, acuden miles de peregrinos a celebrar con cánticos ante la tumba de Radonezh. Los propios guías recomiendan tener cuidado con las pertenencias pues aseguran asiste mucha gente que aprovecha los tumultos para atracar a los turistas.Aunque lo realmente impactante es la devoción con la que miles de fieles hacen interminables filas para entrar, tocar y besar el sarcófago. El ambiente con olor a cera quemada y humo, se vuelve más sacralizado por la muy tenue iluminación que dan las velas encendidas al santo y cuyo humo ha ido ennegreciendo, al paso de los años, los bellos iconos plasmados en los frescos que decoran cada centímetro de paredes y cúpulas.Frescos pintados por Andrei Rubliov, artista medieval considerado como el más grande pintor de iconos de Rusia, autor también de los que decoran Catedral de la Asunción ubicada en la Plaza de las Catedrales del Kremlin. A su vida y obra dedicó una película el cineasta Andrei Tarkovsky en 1966.El guía destaca que los iconos del monasterio han podido conservarse durante tantos siglos y sobrevivieron la época soviética porque en aquel momento no tenían ningún valor y permanecieron encerrados en los templos.Refiere la persecución de la cual fue objeto la Iglesia durante el régimen socialista, recuerda que Lenin promulgó leyes en 1918 para impedir la acción eclesiástica, y asegura que incluso ordenó fusilar a los representantes clericales.Según el investigador Andrea Pacini, del Centro de Estudios Religiosos Comparados Edoardo Agnelli de Turín, entre 1918 y 1943 la persecución fue ininterrumpida y la Iglesia ortodoxa “casi aniquilada”. El Estado confiscó los lugares de culto y hubo juicios sumarios. Se habla de que, sólo en 1937, 85 mil clérigos fueron asesinados.Durante el recorrido por el monasterio el guía relata que con el sucesor de Lenin, León Trotstky, no hubo un cambio del sistema con respecto a la Iglesia. En cambio, atribuye a Stalin apoyos para el rescate de las iglesias del monasterio, aunque también se sabe que el dirigente ruso mandó demoler la catedral de Moscú, reconstruida sólo hacia en los años noventa.Además de este recinto, en el monasterio puede visitarse la Catedral de la Asunción, construida hacia 1558, durante el periodo de Iván el Terrible, distinguida por sus cúpulas de bombón, la central dorada y el resto pintadas de un intenso color azul rey con estrellas doradas.El templo fue un centro de peregrinación durante la época del zarismo, a cuyo mecenazgo se debe en buena parte la construcción del conjunto monacal, que inició no con la idea de serlo, sino como un pequeño albergue de madera donde se resguardaría su fundador, quien pretendía sólo alejarse para llevar una vida de ermitaño.La iglesia alberga ahora al Colegio del Seminario Espiritual donde se forman los monjes. El guía explica que muchos jóvenes entran a realizar estudios religiosos con la idea de procurarse ingresos económicos, aunque en la realidad los monjes llevan una vida austera. La también llamada catedral de la Asunción alberga los restos de Boris Godunov, zar de Rusia hacia 1600, cuya vida inspiró una ópera a Mozart.A la derecha de esta catedral se encuentra la iglesia del Espíritu Santo o refectorio, donde antiguamente comían los monjes, impresionante no sólo por el tamaño de sus murales pintados, sino por el dorado y rebuscado diseño de sus retablos.Hay también, hacia el lado izquierdo de la iglesia de la Asunción, un campanario de cinco pisos de altura. En su planta baja se encuentra una tienda donde los turistas y visitantes pueden adquirir reproducciones del arte religioso ruso.El guía explica en el recorrido que no fue sino hasta la llegada al poder de Gorbachov, en 1983, que la Iglesia ortodoxa consiguió una buena relación con la Unión Soviética. Del periodo de Boris Yeltsin prefirió no hablar, pues --explicó-- en Rusia se aplica una frase que dice: Cuando la gente ya murió se deben decir sobre ella las cosas buenas o nada, nunca las cosas malas.La ortodoxia reconoció al régimen soviético en 1927, lo cual provocó su separación con la Iglesia que había decidido exiliarse fuera del país tras el triunfo de la revolución bolchevique.El pasado 17 de mayo, en la Catedral del Cristo Salvador en Moscú, se llevó a cabo un encuentro entre ambas iglesias para firmar la llamada Acta de Comunión católica, que puso fin a la separación de 80 años entre la Iglesia Ortodoxa rusa y la Iglesia en el exilio. El acto, calificado como histórico en los medios de comunicación, contó con la asistencia del presidente Vladimir Putin.
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