Testimonio relatado por el Padre Juan Manuel Martínez "Padre Trampitas"
Cuando me separe de la fundición, me dice uno de mis ayudantes-Oye corazón - todavía no me decían Trampas--Es es cierto que te vas a trabajar a la fundición a Monterrey-Sí- Llévame contigo hombre, tú eres buen cuate-Mira, te voy a decir la verdad, me voy a estudiar para sacerdote, me voy a Estados Unidos a estudiar para sacerdote- ¿Queeeee?, Tú para sacerdoteeeeePues él me había visto como había apedreado a un sacerdote en la calle Libertad Cruz con Santa Bárbara, y el que salió más descalabrado fue el que después fue Obispo de Sonora Juan Navarrete, y me dice:-¿Tú para sacerdoteeeeee? Oye pues te diré como dijo Dimas: “Acuérdate de mí cuando estés en tu Reino.Bueno, pasaron años, le decíamos el Perro Pelón porque no tenía ni un pelo en la cabeza, una enfermedad le había dejado calvo, nomás un mechón blanco cerca del ojo derecho, de manera que era inconfundible aquel hombre. Pasaron años, después que me ordené sacerdote, en mi primera misa, generalmente se hacen dos listas una de vivos y otra de difuntos, y me acordé de él y lo puse en los vivos, a Juan el Perro Pelón y en difuntos a Juan el Perro Pelón por si ya se murió, pues que descanse.Volvieron a pasar años y al año 73 cuando vine a Aguascalientes a celebrar mis bodas de oro, en el mismo templo que yo había apedreado para gloria de Dios, después de la celebración, mi sobrino me llevo a hacer un recorrido por la ciudad y viendo las mejoras que había hecho Olivares Santana cuando fue gobernador de Aguascalientes y me llevó por una calle que va a dar al Parían, pasó una torca cargada, llena y recio y dio vuelta al mercado, en el momento bajaba un señor de la banqueta, y la troca se lo llevó, se cogió de la plataforma, lo arrastró, pero como la torca dio vuelta a la izquierda, cayo en el suelo y la rueda de atrás casi le separo la rueda del tronco. No se movió, así se quedo, yo estaba como a unos siete metros de distancia en el carro de mi sobrino, brinqué y llegué con la indulgencia plenaria, la Bendición Papal, a la Virgen del Carmen se lo puse. Y llegaron los reporteros, tomado nota, unos midiendo los pasos que había de la anqueta hasta donde estaba el cadáver, entonces decían ¿pero como se llama?, ¿comó se llama?, se acerca uno y dice:-Ah yo lo conozco, es un borrachito que hace mandados aquí en el mercado-Sí pero, ¿Cómo se llama? -Pos no sé, le dicen Juan el Perro PelónInmediatamente me fui sobre el cadáver y al bajarle la cachucha vi que sí, que era el mismo, y les dije:-Hace 53 años que este hombre me dijo “acuérdate de mí cuando estés en tu Reino”Esto ya no puede ser coincidencia ya no, esto es una providencia de Dios, de seguro este hombre me dijo eso muy de corazón “Acuérdate de mí cuando estés en tu Reino” y Dios ha de haber dicho “Así será” y eso se cumplió después de 53 años... Gloria, de veras Gloria a Dios.
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