Rezar, como las buenas obras, no debe consistir solamente en palabras. No se trata de parecer santo o ganar la admiración de los demás. No es tampoco sentir que somos santos. Jesús dice "que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha". (Mateo 6, 1-14). Rezar es un acto humilde y desinteresado que nos ayuda a discernir la realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario