LA VOCACION
Alberto. OP
La Vocacion en el Catolico es punto de partida dentro de su aceptacion hacia la plenitud, es ese ardor en el corazon que exige la entrega maxima del ser a su Creador. Como dice Santo Tomas de Aquino "Nuestro unico fin y proposito en la vida es amarle a El y conocerle a El" y esto no significa entregarsea una ascetica radical como la de los Padres del Desierto, aunque no es malo en estos tiempos en los que el Hedonismo reina sobre muchos y los incita a vivir encadenados a lo superfluo.
La Vocacion encierra en su razon de ser, el sentido de todos los estados de vida licitos ante Dios y su Iglesia, una vida vacia solo crea dolor en quien la vive, una vida sin sentido termina por truncar el amor mismo que se revela en quien vive con proposito Cristiano, en quien en Cristo se realiza plenamente dentro de la vocacion a la que ha sido llamado.
La Vocacion no es pues un oficio, un modus vivendi, si no la vida misma vivida al maximo, la felicidad requerida por Dios que nos ama tanto y que ansia vernos libres en el amor, pero no un amor al estilo del mundo, si no un amor que se experimenta en la Justicia misma de Dios, y se va realizando por medio de la verdadera libertad que da Dios en la observancia de sus mandamientos, de lo que la Iglesia nos enseña como verdadera Madre y Maestra. Nadie que viva su vocacion Cristiana unido a la Iglesia con verdadera devocion y entrega, con amor y razon podra decir que se encuentra atado, encadenado, oprimido.
El mundo se empeña en hacernos creer esto, con su cumulo de herejias, con su vanalidad y comodidad, el mundo y la carne nos limitan, no encierran en el terrible circulo del sin sentido. La Vocacion Cristiana al contrario, nos libera, no devuelve la felicidad, la armonia existente dentro del gran don que es vivir, aun con todos sus problemas, aun con todos lo dias grises, que para el Cristiano no son mas que ocasiones de alanza a su Creador, a su Padre, de peticion tambien, de busqueda en su amor, "Esten siempre alegres" nos dice el Apostol de la Gentes, San Pablo, no refiriendose a una alegria basada en lo pasajero, si no en la Santificacion diaria por medio de la vocacion a la que hemos sido llamados, San Jose Maria Escriba de Balaguer y Santa Teresita de Liseux, cada uno a su modo entendio que el Cristiano en su "Caminito Espiritual" avanza inmerso en lo sencillo, en lo cotidiano, y es ahi donde podemos por medio de la Oracion y el trabajo (Ora Et Labora) podemos alcanzar la tan anhelada Santificacion y aun mas la Deificacion a la que estamos invitados tan solo por amor, amor eterno.
Una Vida con proposito para el Cristiano no deberia ser una busqueda angustiosa, si no un feliz encuentro con su propio ser en Dios, el proposito mismo de vivir. Los Padres de la Iglesia entendieron esto a la perfeccion no dentro de la ocupacion de si mismos, si no dentro del abandono gustoso del mundo y de si mismos por Dios, la Perla anhelada de todo corazon.
El Reino de Dios diariamente esta a nuestro alcance, si nuestra vocacion es autentica y Eucaristica y su realizacion en nuestras vidas es posible, en cuanto y tanto comulguemos al menos Espiritualmente dentro del amor mismo Renovado diariamente en el Santo Sacrificio del Altar. La Vocacion pues es el llamado que Dios nos hace a cada instante a ser Santos, a ser plenos con El y en El.
La oracion diaria, la asistencia asidua a los Sacramentos, la devocion personal llevada con alegria, la mortificacion, el ayuno, etc... son los vehiculos señalados para una Vocacion Cristiana autentica en cualquier estado de vida, un matrimonio se nutre del amor que existe sacramentado y pleno en Dios y el abandono de los anhelos propios por los del otro en coherencia autentica de amor, un soltero se plenifica en cuanto se reconoce digno Hijo de Dios y hace testimonio pleno su actuar en consonancia con el Evangelio, sin llegar nunca a rebajar su valia ante el mundo solo por interes o comodidad, el Religioso (a) atiende a su Vocacion entregado en bello martirio a Aquel que se establece como unica Verdad y justificacion de la vida misma, un martirio no de sangre necesariamente, si no de Espiritu, dejandose plenamente en manos de Aquel que lo Vivifica. El Sacerdote siendo verdadero Cristo entre los hombres, realizando su Sacerdocio con verdadera entrega, con verdadera adhesion a la Iglesia y su Sagrada Tradicion, "Precioso Deposito de la Fe" prefiriendo dar la vida por sus ovejas a verlas en peligro de perder su Alma. En fin, la Vocacion se establece y se realiza en el amor, en el amor de Dios y por Dios, en ese ardor que quema el corazon mediante la oracion y produce frutos en la alegria de sabernos amados de El.
La Vocacion pues, no es un oficio, no es cumplir con formar una familia nada mas por que si, si una familia no es imagen viva de la Sagrada Familia de Nazaret y por tanto espejo hermoso de la Santisima Trinidad, es que hay necesidad de conversion sincera y de una escucha atenta de Dios que busca tenernos consigo, amarnos con amor eterno, abrazarnos con ternura y entregarnos el regalo perfecto del amor.
El proposito de nuestras vidas no lo dejemos en manos de Og Mandino o un libro de superacion personal, de un curso o de un psicologo, dejemoslo en manos de Dios, que El obre en nosotros y nosotros pidamos su obrar por medio de la Oracion, tenemos conexion directa con El, tu ¿la usas? si no es hora, Dios te ama y te llama... ora.
¡Gloria a Dios por siempre!
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