El P. Enrique Domingo Lacordaire fue el restaurador de la Orden de Predicadores en Francia en el siglo XIX. Fueron celebérrimas sus conferencias en la catedral de Notre Dame de París.
“Si me preguntas por qué he preferido la Orden de Predicadores, responderé que es la más conforme a mi naturaleza, a mi inteligencia y a mi fin; a mi naturaleza, por su gobierno; a mi inteligencia, por sus doctrinas; a mi fin, por sus medios de acción que son principalmente la predicación y la ciencia sagrada. Acaso también me pregunten por qué he preferido restablecer una Orden antigua más bien que fundar una nueva. Dos cosas responderé: Primero, la gracia de fundador de Orden es la más elevada y más rara que Dios otorga a sus santos, y yo no la he recibido. En segundo lugar, si Dios me concediese el poder crear una Orden religiosa, estoy seguro que, tras muchas reflexiones, nada descubriría de nuevo más adaptado a nuestro tiempo y a sus necesidades que las Constituciones de Santo Domingo. Sólo tiene de antiguo su historia; y en verdad, no vería yo motivo para torturar la inteligencia por mero gusto de ser de ayer.”
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