"No podemos hacernos cómplices de la injusticia del mundo"
El
Obispo dominico de Saltillo, México, Fr. Raúl Vera López OP, en la Misa
del Domingo de Pascua, llamó a “recuperar la responsabilidad ética
dentro de las estructuras de la Iglesia, lo mismo que en la articulación
del servicio público, o en el mundo empresarial y financiero, y también
en los centros de servicios a la educación, a la salud, y los centros
de producción y comercialización de alimentos”. “Las consecuencias de la
ausencia de rectitud moral en la convivencia humana, las estamos
viviendo a nivel nacional y mundial”, subrayó.
"Hacernos cómplices de la injusticia y la soberbia
del mundo por cobardía, por indiferencia o por incapacidad para
distinguir el bien del mal, ya no tiene excusa", aseguró el Pastor en su
homilía dominical.
"Es mi deseo y lo pido a Dios con todo mi corazón,
que llenas y llenos de esperanza en un mundo mejor podamos construir un
México y un Coahuila diferentes", expresó.
Mons. Vera llamó a los jefes políticos, a las
cúpulas empresariales y a los responsables de las distintas
instituciones de servicio a hacer un discernimiento para asumir lo que
es conveniente en este momento en la historia de México y de la
humanidad.
"No podemos hacer recaer en otros, ni en las
generaciones futuras, lo que hoy cada una y cada uno, individualmente y
asociados con las y los demás, debemos asumir como compromiso", afirmó.
"De no hacerlo, tiene consecuencias que se
traducen en muerte de personas, en hambre, en prisiones injustas, en
abandono social, en violencia generalizada, en ilegalidad inducida, en
desvío de poder, en corrupción de la democracia y en desigualdad
social", advirtió.
El
Obispo de Saltillo animó a las personas de buena voluntad a entender
perfectamente el sentido verdadero de la vida humana y los valores que
la caracterizan. "A todas y todos ustedes, les pido que nos unamos y que
rescatemos nuestro país y rescatemos al mundo, para que la vida plena
sea posible y la alcancemos todas y todos, en la justa medida de Dios",
exhortó.
Recordó la necesidad de construir un mundo sin
ninguna discriminación, que incluya a todos para disfrutar de sus
bellezas y de sus recursos.
"Que el Dios de la vida, que nos ama intensamente
sin excepción, nos mantenga firmes en la verdad, la justicia y el amor",
concluyó Mons. Vera López.