El domingo 28 de julio estaba programado como un día de descanso para los miembros del Capítulo General. Tras una semana de trabajo constante, era necesario un tiempo de descanso. Esto no quiere decir que nuestros hermanos pasaron el día tomando el sol en la playa. “Au contraire!” como dirían los frailes de Francia. Inmediatamente después de la celebración eucarística y dejando apenas el tiempo justo para tomar el desayuno, dos autobuses aparecieron frente al convento de la Santa Cruz y la aventura comenzó.
Los participantes en el Capítulo visitaron el Parque Nacional de Krka donde pudieron contemplar las cascadas que han hecho famoso este lugar. Muchos capitulares quedaron admirados con la belleza natural de este sitio y aprovecharon la oportunidad para vivir un momento de silencio y recogimiento. “Necesitábamos un momento como este, de paz, después de días enteros sentados en reuniones y plenarias”, comentó fr. Joe Trout.
Después, los capitulares visitaron el convento franciscano de la isla de Visovac en medio de un lago dentro del mismo parque natural. Muchos comentaban que este convento es el lugar perfecto para una ermita y que seguramente fue creado por Dios para meditar y orar en harmonía con la naturaleza sin ninguna distracción, tal como hacía San Francisco. Muchos encontraron allí un espacio para retomar fuerzas a nivel espiritual y salir renovados.
Y la última parte del recorrido de este día fue la visita a la ciudad de Šibenik. Los capitulares visitaron la Catedral de Santiago donde fueron recibidos por el obispo de Šibenik, Monseñor Anto Ivas. Las hermanas dominicas de la Congregación de los Ángeles Guardianes, que viven en esta ciudad, también recibieron a los miembros del Capítulo. Este viaje fue una oportunidad para estrechar los lazos de fraternidad no sólo entre los participantes en el Capítulo, sino también con los miembros de la Familia Dominicana en Croacia.
Tras esta pequeña aventura, nuestros hermanos regresaron llenos de ánimo a la sede del Capítulo a la hora de la cena cansados físicamente pero renovados espiritualmente. El lunes por la mañana reiniciarán sus labores a pesar del calor de estos días. Acompañémoslos en la oración para que su trabajo de estos días siga avanzando y produzca los mejores frutos. Y, quién sabe, a lo mejor alguno de ellos pueda encontrar tiempo para ir al mar antes de que termine el Capítulo.
Fr. Mirko Vlk OP