(...)En relación al hombre la mujer goza de igualdad pero son distintos, hombre y mujer experimentan el mundo de forma diferente, solucionan, sienten, plantean y reaccionan de manera diferente. Diferencia que ha de ser tenida en cuenta en todos los ámbitos y por supuesto en lo profesional. Cada cual ha de descubrir su propia individualidad, cada cual tiene su propia manera irrepetible de ser hombre o mujer. Aunque son diferentes no es fácil definir las características propias de cada sexo: "A las mujeres les suele ser más fácil sacar del anonimato, descubrir conflictos interiores y ayudar a compartir los asuntos de los demás. Tienden frecuentemente a actuar de manera intuitiva y espontánea, sin mirar la funcionalidad ni la eficiencia. No pocas veces poseen el talento de crear un entorno agradable. ¿Es algo innato o adquirido, depende de la naturaleza o de la cultura? ¡No conocemos la última razón, no disponemos en estos momentos de los medios necesarios para que la psicología de los sexos pueda hacer afirmaciones con independencia del factor cultural. Antes bien hemos llegado a darnos cuenta de lo complicado que es el tema. Sea como fuere la mujer posee como característica la proximidad a las personas, también los hombres deberían esforzarse por adquirir esta capacidad. Una tarea importante de cada uno es descubrir su propia individualidad".
El amor matrimonial supone un esfuerzo y revisión continua de nuestras propias actitudes. "Un enamoramiento auténtico es la mejor condición para el matrimonio, pero no es absolutamente necesario, aunque no siempre está igualmente vivo, debería impregnar el matrimonio y profundizarlo siempre más para llegar a la plena realización. Para esto es necesario el conocimiento, te conozco significa te acepto tal como eres. El verdadero amor hace ver, no ciega, lleva a la comprensión.... Conocer supone arraigarnos fuertemente en la realidad. Dar significa recibir, también es indispensable para la madurez y también hay que saber ser independientes".(...)
Es necesario hacer una cultura que sepa reflejar que cuando un hombre y una mujer se casan no están creando simplemente un vínculo jurídico (aunque también lo hay) sino una comunión de personas, una comunidad de vida y amor. El matrimonio es una realidad permanente que tiene su origen en un pacto, en un acto de libertad, por el cual la persona se constituye en cónyuge o consorte. La relación conyugal afecta a todas las dimensiones de la persona: corpórea, afectiva y espiritual y también a la dimensión biográfica: entra en todo el desarrollo vital de la persona.
La familia es una comunidad de personas fundada sobre la comunión conyugal. Nos damos cuenta que no sabemos todo sobre la familia, que es necesario formarse en este campo. La familia sufre una crisis de crecimiento, ya que nunca hasta ahora ha tenido una conciencia de sí misma tan viva (Carreras). El enemigo del amor y de la familia es uno mismo. Según Chesterton es la falta de desarrollo interior humano, la pobreza de espíritu, el aburrimiento y la frivolidad, la asombrosa ausencia de imaginación, la que lleva a hombres y mujeres a desesperar de la familia y del matrimonio, o por lo menos, de su familia y de su matrimonio tal como lo experimentan. La vida no es algo que viene de fuera sino de dentro. El hogar no es pequeño, es el alma de algunas personas la que es raquítica. El matrimonio y el hogar resultan demasiado grandes para ellos. Es el "mí mismo" el que en su cobardía egoísta es incapaz de aceptar el prodigioso escenario del hogar, con su grandeza de composición épica, trágica y cómica, que todo ser humano puede protagonizar (Chesterton).
Pilar Ferrer
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