“Al lado de la ciencia que se perpetúa por la enseñanza hablada ó escrita, hay otro medio de expresar lo verdadero y lo bello: el arte.
En la Edad Media las bellas artes apenas eran cultivadas más que por los eclesiásticos.
Los claustros encerraban de ordinario arquitectos, escultores y artistas de todas clases, que elevaban su arte a la altura de una enseñanza moral y religiosa, a la altura de un verdadero apostolado.
«Ninguna Orden, dice un escritor muy competente (Marchese), cuenta tantos ilustres arquitectos, pintores sobre tela y sobre vidrio y taraceadores, como la Orden de Predicadores. Nuestros padres fueron los que formaron á Rafael y á Bramante. Ellos trabajaron en las cúpulas de Milán, de Pisa y de San Pedro; echaron puentes sobre el Arno, el Sena, etc.; dirigieron dificilisimos trabajos hidráulicos, construcciones militares y sitios de plazas: ninguna arte les era extraña.»
¿Quién no conoce á Santa María la Novella de Florencia, esa iglesia que Miguel Ángel visitaba todos los días, y de la cual decía que era hermosa y pura como una novia? Pues es una obra hecha exclusivamente por religiosos Dominicos, sin ningún auxilio secular. (...)”.
(Fray Ramon Martinez-Vigil OP, obispo de Oviedo).
(Imagen: Chiostro Verde, Santa Maria Novella, Firenze. Foto, Nicolò Panzeri).
No hay comentarios:
Publicar un comentario