- Dice Dios-
Así ha de ser nuestro ademán a la hora de vivir y de orar sin dar suelta a nuestros posibles intereses egoístas o de ambición, buscando conquistar algo. También nuestra oración callada la hacemos sin ningún beneficio, ni utilitarismo. Esto no se concibe en nuestra cultura, pero ¿qué intereses queremos cuando nuestras manos están vacías esperando lo divino? La purificación de nuestro corazón consiste en no estar apegados a nada. Todo lo que hagas hazlo gratuitamente. Libres, purificados de toda expectativa, de toda división también. El éxito de la vida no está en alcanzar un proyecto, sino en vivir armoniosamente. Tu corazón se llenará de armonía en la medida que viva unido y en comunión con el Señor. Una actitud así libera, día a día, de esas contaminaciones.Todo lo que hagas hazlo generosamente.
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