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LOS ANGLICANOS Y LA IGLESIA CATOLICA: EL CARDENAL NEWMAN Y CHESTERTON


Josep Miró i Ardèvol/http://www.forumlibertas.com

La reciente información sobre la decisión de la Iglesia católica de establecer un modelo de organización específica, las prelaturas, para acoger colectivamente a miembros de la Iglesia anglicana que desean integrarse a la católica, obispos, sacerdotes y laicos, pone de relieve un hecho histórico que a veces tenemos olvidado. Se trata de la estrecha relación de fondo que existe entre el anglicanismo, o buena parte de él, y el catolicismo. A diferencia de las Iglesias protestantes, la anglicana nunca se vio a si misma como fruto de una ruptura, sino como una mejor adecuación a la Iglesia original. Es decir, la Iglesia anglicana sostiene el principio de su participación en la catolicidad y en la continuidad apostólica. Esto explica las semejanzas que existen con la Iglesia católica imágenes, sacramentos, misa, mucho mayores que con las Iglesias protestantes.

La Comunión Anglicana, que ésta es su denominación, se considera parte de la Iglesia cristiana: una santa, católica y apostólica, "Católica, aunque no romana y Evangélica, aunque no protestante". Esto explica la existencia de corrientes interpretativas, una próxima al catolicismo, una forma de catolicismo no papal, y otra orientada a una concepción y teología protestante. Se concibe a si misma como una equilibrada combinación entre aquellas dos tradiciones cristianas, una Vía Media entre ambas, Sagradas Escrituras, la tradición y la razón.

Siempre ha latido en el seno de aquella Iglesia un corazón 'católico' lo cual no siempre significaba la aceptación de la Iglesia católica. Los textos del más famoso de los conversos, procedentes del anglicanismo, John Henry Newman, que llegó a ser cardenal, lo explican con singular detalle. Inicialmente Newman no tenía ninguna intención de 'pasarse' al catolicismo, sino que reclamaba para su Iglesia, la anglicana, una mayor fidelidad al sentido católico inicial, a la continuidad apostólica. Pero fue a través de esta reflexión y militancia interna que llegó a la conclusión que este deseo sólo podía realizarse en el seno de la propia Iglesia católica.

Evidentemente, las fuertes corrientes de protestantismo en buena medida han acabado impregnando el acento. La combinación de alguna de estas corrientes con una perspectiva liberal ha llevado a una situación paradójica: las dos Iglesias que más fácilmente podían llegar a una unión real acabaron diferenciándose en la práctica por la aceptación por parte del anglicanismo de cuestiones tales como la bendición de las uniones homosexuales, la ordenación de sacerdotes y obispos de esta condición que vivían unidos a otros hombres, el sacerdocio femenino y la aceptación de su consagración como obispas. Todos estos hechos han provocado un profundo cisma en el anglicanismo y ha acelerado en una parte del mismo su voluntad de unirse a la Iglesia Católica. En toda esta dinámica no es un hecho menor que la Iglesia anglicana registra en su lugar central, el Reino Unido, una fuerte influencia del ámbito político al ser una Iglesia de Estado y sus clérigos funcionarios del mismo, con capacidad de intervención -que no intromisión- del primer Ministro, como expresión de su cabeza Eclesial, la reina y el propio Parlamento.

Esta actualidad de las relaciones entre Comunión anglicana e Iglesia Católica es una oportunidad para leer a dos de los grandes conversos ingleses, uno ya apuntado, Newman. Es curioso que en España sus obras tengan una difusión reducida, a pesar de que existen muy buenos especialistas. Newman escribió un texto imprescindible, Ensayo sobre el Desarrollo de la Doctrina Cristiana, pero además, toda su obra, los Sermones Universitarios, Apología Pro Vita Sua, Via Media, son una demostración diáfana de que es exacta la afirmación que nos dice que la fe ilumina y potencia la razón. El otro gran converso es Cherteston que también debe ser de lectura necesaria. Éste evolucionó del agnosticismo al anglicanismo, y de éste al Catolicismo. Un libro recientemente reeditado sigue siendo de vibrante actualidad: Porque soy Católico.

La evolución del anglicanismo también permite observar como la adopción de postulados 'liberales' alejados de la Tradición y las Sagradas Escrituras, sobre la homosexualidad y la ordenación femenina, no ha redundado en un crecimiento de sus fieles sino en todo los contrario, de manera que los practicantes católicos en términos de asistencia a los oficios dominicales, unos 860.000, es desde hace unos pocos años ligeramente superior a la de los anglicanos, a pesar de que el numero de quienes se declaran anglicanos es de 25 millones por solo cinco los católicos. La práctica sería por consiguiente del orden de un 18% entre los católicos y no alcanzaría el 4% entre los anglicanos. En todo el mundo hay 77 millones de personas pertenecientes a la comunión anglicana, y una parte de la misma que puede llegar a ser importante podrá desplazarse hacia la Iglesia católica, lo que significará ciertamente una nueva oportunidad y también un nuevo reto para unir la pluralidad en torno a la unidad en lo fundamental. La larga experiencia de las iglesias de rito oriental dentro del catolicismo, que ya incluye la presencia de sacerdotes casados -no así de obispos-, para quienes el celibato de acuerdo con la tradición oriental es una exigencia, constituirá ahora un bagaje impagable para alcanzar una armoniosa integración.

Sería un error leer este nuevo trazo de la historia en términos de 'ganadores' y 'perdedores', porque es solo la Providencia la que actúa y ante su inefabilidad solo cabe la humildad, la sencillez de corazón y el asombro.

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