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Pese a quien le pese

El arzobispo de Chihuahua señaló que dar en adopción un niño a una pareja gay causaría daños psicológicos al infante al no poderse desarrollar en una familia normal.

Foto: El Heraldo de Chihuahua
Constancio Miranda, arzobispo de Chihuahua
El Heraldo de Chihuahua


Chihuahua, Chihuahua.- "La unión entre personas del mismo sexo, equiparándola al matrimonio entre un hombre y una mujer es inmoral, inadmisible y condenable", manifestó el arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Wekmann.

Con respecto de la aprobación de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, para que las personas homosexuales puedan adoptar de manera legal un hijo, precisó que es perverso dar esa posibilidad porque son niños inocentes.

La perversión radica en que a los niños adoptados no se les respetaría el derecho a tener una familia constituida por una madre y por un padre, lo cual traería consigo daños psicológicos y morales provocados por la injusticia y arbitrariedad de los diputados.

De acuerdo con la naturaleza, la unión entre un hombre y una mujer es la única capaz de procrear, lo cual no es de concepciones religiosas sino una realidad.

"La propia naturaleza ha puesto las bases de la institución del matrimonio heterosexual, para bien de los contrayentes, para la generación y educación de los hijos, y para la formación sana y adecuada de la sociedad".

En ese sentido y con esos argumentos, explicó que la Iglesia considera una aberración equiparar las uniones entre personas del mismo sexo con el matrimonio porque éstas son incapaces de alcanzar los fines que dieron origen a esta imprescindible institución.

El matrimonio, para los cristianos, obedece a un orden instituido por Dios desde la creación del mundo, no es sólo una forma de organización social.

Es, entonces, un orden instituido por Dios desde la creación del mundo, y sobre esa misma voluntad divina que rige la moral conyugal, no puede estar ninguna ley humana.

"Tal pretensión no es más que soberbia, e inevitablemente llevará a la sociedad a la ruina, lo cual nos preocupa hondamente".

El pastor de la iglesia chihuahuense explicó que con la unión entre personas del mismo sexo, la madre y el padre se convierten sólo en palabra y los sexos carecen de sentido.

"Nuestros niños y jóvenes corren un gravísimo riesgo al ver como normales este tipo de uniones, y pueden entender equívocamente que las diferencias sexuales son un simple tipo de personalidad, dejando así de apreciar la dualidad de la sexualidad humana, que es condición de la procreación y por tanto de la conservación y desarrollo de la humanidad".

Y es que el Gobierno del Distrito Federal publicó el 29 de diciembre pasado las reformas a los códigos civil y de procedimientos civiles vigentes, con motivo de la aprobación de los matrimonios civiles entre personas del mismo sexo.

Dichas reformas entran en vigor en marzo de 2010, de acuerdo con la Gaceta Oficial del Distrito Federal, en la cual se establece en el Artículo 145 del Código Civil local que "Matrimonio es la unión libre entre dos personas para realizar la comunidad de vida, en donde ambos se procuran respeto, igualdad y ayuda mutua. Debe celebrarse ante el juez del Registro Civil y con las formalidades que estipule el presente código".

Asimismo, el Artículo 391 de la misma ley establece: "Los cónyuges o concubinos podrán adoptar, cuando los dos estén conformes en considerar al adoptado como hijo y aunque sólo uno de ellos cumpla el requisito de edad a que se refiere el artículo anterior, pero siempre y cuando la diferencia de edad entre cualquiera de los adoptantes y el adoptado sea de 17 años de edad cuando menos. Se deberán acreditar, además, los requisitos previstos en las fracciones del artículo anterior".

El argumento de los legisladores del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que son mayoría en la Asamblea Legislativa, es evitar discriminación en quienes tiene preferencia sentimental por el mismo sexo.

Ante ello, el arzobispo Miranda Wekmann indicó que negarle a alguien que pueda casarse con otra persona de su mismo sexo no es discriminarle, sino reconocer y defender al matrimonio con institución esencialmente heterosexual.

"Una unión formal entre personas del mismo sexo será todo, pero jamás un matrimonio, y desde los valores cristianos siempre será inmoral".

La decisión de los legisladores carece de fundamento racional o ético para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones del mismo sexo y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia, abundó.

En el contexto de Año Nuevo, el arzobispo de Chihuahua envió un exhorto a los fieles cristianos de Chihuahua: "A reforzar su fe en Jesucristo ante estos embates del maligno que no van dirigidos sólo contra la Iglesia, sino contra los principios y valores de la familia tan querida y apreciada en nuestra patria.

"Exhorto a todos a reforzar los lazos familiares por la fe y el amor, y a inculcar a las futuras generaciones el valor único de la familia y el matrimonio, fundamentado en la santa unión de un hombre y una mujer".

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