Maíno. Un maestro, un dominico por descubrir | | | |
Su vida Juan Bautista Maíno nació en Pastrana (Guadalajara) en 1581 y desde su nacimiento fue un hombre de mundo con triple nacionalidad: español por nacimiento, portugués por parte de madre e italiano por su padre. La villa de Pastrana era de por sí un lugar donde se mezclaban culturas variadas, desde los judeoconversos hasta los moriscos, así como multitud de italianos y portugueses llegados a la ciudad residencia del príncipe de Éboli. Su familia se tuvo que trasladar de Pastrana, marchando su padre a Angola, quedando Juan Bautista junto a su madre en Madrid donde pasó su adolescencia iniciando probablemente sus estudios como pintor. Viajó a Italia donde tenía familiares para hacerse cargo de los negocios de familia y continuar sus estudios de pintura. Llegó a Roma en torno a 1604, tal vez antes. De su vida en Roma sólo se sabe que vivió en el barrio de Santa Andrea delle Frate y que tuvo un hijo natural con una mujer llamada Ana Vargas. Su estancia en Roma le sirvió para empaparse de las corrientes pictóricas del momento con la especial influencia de Caravaggio y más aún de alguno de sus seguidores, particularmente Orazio Gentileschi (1563-1639). Su estilo se irá configurando a partir de esta experiencia en Roma. Se caracterizará por la delicadeza de sus obras, unos colores intensos, el minucioso dibujo de los contornos, el amplio uso de ricos paños. La siguiente etapa de su vida tendrá lugar en Toledo en donde se establece a su vuelta de Roma en 1610. Tampoco se conoce mucho de su obra en esa época, solamente la decoración del Palacio de don Francisco Rojas y Guzmán y un retablo para las Concepcionistas de Pastrana. Fray Miguel Iribertegui en un estudio sobre Maíno recreaba el proceso vocacional de Juan Bautista de esta manera: «Mientras pintaba el retablo de san Pedro Mártir y se relacionaba con los dominicos, maduró su vocación de consagrado y la opción por aquella comunidad. Frente al valor artístico que le configuraba dentro de un gremio prestigioso, la fe le invitaba a posturas radicales y cortes en su carrera, o al menos a decisiones llenas de riesgos para su desenvolvimiento. Aquello era más que un sentimiento religioso, era una imperiosa demanda interior que le exigía un régimen de vida diferente. Fray Juan Bautista Maíno profesó el 27 de julio de 1613. «Yo, Juan Bautista Maíno, hago profesión y prometo obediencia…» Luego se postraba hasta tumbarse, en gesto profético de más fuerza plástica que sus mismas pinturas. «Las Cuatro Pascuas» de Jesús se prolongaban, desde el Retablo, en la quinta «pascua» de su profesión. El pintor era sobrepasado por el creyente». Terminada su mejor obra, el retablo de san Pedro Mártir, y también sus estudios de filosofía y teología, marchó a Madrid y de la mano de fray Antonio de Sotomayor, confesor de los reyes, se puso al servicio del rey como profesor de dibujo del príncipe, futuro Felipe IV. En Madrid se vio envuelto en el proceso abierto por la Inquisición contra una mujer, Luisa de Briñas, a la que se acusaba de falsa espiritualidad y que estaba relacionada con el Colegio de Santo Tomás en el que Juan Bautista vivía. Fue llamado a testificar en dos ocasiones y apoyó a la mujer convencido de su sincera vida espiritual. Poco sabemos de la etapa final de su vida. Probablemente se retirara a su convento para vivir los últimos años de su vida. Falleció el 1 de abril de 1649 «in conventu St. Tomae Matritensis Frater Joannes Baptista octogenarius». Fue enterrado en la capilla del Rosario de la iglesia de Santo Tomás bajo en famoso cuadro de Santo Domingo que él mismo había pintado. Con motivo de la Exposición: A lo largo de la exposición nos encontramos numerosas referencias iconográficas dominicanas. La más importante sin duda es la de «Santo Domingo in Soriano», tipología iconográfica que Maíno hizo popular en España. En la exposición se exponen obras con la imagen de santo Domingo, de Santa Catalina, San Jacinto de Polonia, así como un par de retratos de frailes dominicos. La exposición permanecerá abierta hasta el 17 de enero de 2010. Es una buena oportunidad de conocer a fray Juan Bautista Maíno O.P., ilustre dominico/maestro todavía por descubrir. Más información: www.museodelprado.es Bibliografia: Iribertegui, Miguel, «Juan Bautista Maino (1578-1649)», en Retablo de Artistas, ed. OPE, Caleruega 1987. Ruiz Gómez, Leticia (ed.), Juan Bautista Maíno, Museo Nacional del Prado/Ediciones El Viso (2009) |
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