"La devoción a la verdad es la única
justificación de nuestra existencia"
"Sin la verdad es imposible respetar
ningún principio o regla de nuestra vida"
Gandhi
Nuestra Orden tiene como lema "Veritas".
Pienso que ese "veritas" se fundamenta en la fe cristiana: Cristo. Dios encarnado, hecho hombre, que murió y resucitó por nuestra salvación.
Esta es la razón de nuestro seguimiento de Jesus. Quisiera no estar equivocado. Como consecuencia hemos elegido libremente vivir ese seguimiento de Jesus en una forma de vida: vida comunitaria.
En la práctica se concreta en los tres votos o promesas firmes, serias, conscientes: vivir la pobreza, la obediencia, la castidad.
"Veritas". Vivir en la verdad. Me parece que tenemos urgencia en reflexionar y sobre todo llevar a la práctica las palabras de Gandhi. No es fácil. Quizás, más que nunca, debemos llevar a la práctica la idea de Domingo, que a través de ocho siglos atrajo y sigue atrayendo a hombres y mujeres del mundo. ¿Por qué en algunos lugares practicamente no hay vocaciones? Algunas comunidades están en caida vertiginosa. ¿No sirve nuestro carisma hoy? ¿Por qué en algunos lugares sí, y hay vocaciones?. Quizás tenga algo que ver con los votos: quizás tenga que ver con la "perniciosa estabilidad"; es posible que ese "sal de tu tierra" que escuchó Abraham, y escuchamos todos los llamados, haya quedado como un recuerdo.
Ese "sal de tu tierra" lo dice Dios cada dia, nos lo dice a nosotros y lo dice a los hombres y mujeres del mundo de hoy, tan necesitado de la Buena Noticia. Es gracia, es regalo, pero también es generosidad. Gracia que emana cada dia y cada momento de nuestro carisma, que debe realizarse en personas concretas.
Lo peor que nos puede pasar, quien quiera que seamos, es que dejemos crecer la mala hierba. Dejar esta tiera, este hoy sin cultivar- Llamados a sembrar -en bastantes casos- nos instalamos en la esterilidad. Esterilidad en algunas o muchas admirables vocaciones. Y eso: la esterilidad no atrae. No es la verdad.
Cuanto más nos impliquemos con nuestro tiempo, con nuestras gentes, la siembra será úna exigtencia constante y Ddará fruto. Mejor todavía si lo hacemos dándonos la mano, en racimo, en comunidad, desde la comunidad. Se realizará la verdad de nuestra vocación. Se realizá ya en silencio en muchos rincones del mundo. El bien y las verdad ni hacen ruido. Demos gracias a Dios.
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