Cinco siglos de distintas ubicaciones físicas del monasterio, pero cinco siglos de un constante deseo de santidad y entrega a Dios. Cinco siglos de (en palabras de sor Maria, Dominica de la comunidad del monasterio de Santa Catalina de Siena) “vidas sencillas, abnegadas, ocultas… de las que nunca se sabrá nada especial, no se publicará lo que han hecho, pero sí estará reseñado en el libro de la Vida. Vidas consumidas ante el Santísimo, en oración, gastándose como la lamparilla, a la que nadie presta atención, pero que es la mejor confidente del Señor. Vidas de fidelidad que no han dejado que su amor primero, su amor de juventud, se extinguiera con el paso de los años, sino que por el contrario han hecho que ese amor por el Señor las fuera transformando en un identificarse con el Esposo, hasta poder decir con San Pablo: ‘no soy yo, es Cristo quien vive en mí’”.
En su homilía, fray Javier Carballo -Prior Provincial de la Provincia de España- señaló la intimidad con Dios y el deseo de Él como cualidades esenciales en la vida de santa Catalina que provocaron en ella su pasión por la voluntad de Dios y la causa de su Reino. Del mismo modo recordó que la vida contemplativa existe para recordar a la Iglesia y al mundo la centralidad de la intimidad con Dios para encontrar sentido, orientación y alegría profunda en la vida.
Finalmente los numerosos asistentes tuvieron la oportunidad de saludar a las hermanas de la comunidad y de disfrutar de la merienda que ellas prepararon.
Leer la homilía del Prior Provincial fr. Francisco Javier Carballo
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