En México, del 26 al 28 de abril, realizamos nuestro XVII Encuentro de Justicia y Paz de la Familia Dominicana; con el tema general “Construyendo la esperanza en tiempos de desesperanza”.
En dicho encuentro contamos con la presencia de hermanas religiosas de vida activa, Dominicas de la Doctrina Cristiana, (anfitrionas del encuentro), Dominicas de Santo Tomás de Aquino, Dominicas de la Presentación, Dominicas de la Inmaculada, Dominicas del Santo Rosario, Monjas Dominicas; Laicos Dominicos, Laicos asociados a alguna congregación, y los Jóvenes Dominicos.
Además estuvieron como expositores: Fray Jorge Rafael quien impartió la ponencia “La predicación dominicana en tiempos de desesperanza”.
“Es importante intervenir de manera urgente en la construcción de la esperanza, ya que la muerte (asesinatos), la desigualdad, incomprensión y la pobreza generan la desesperanza. Santo Domingo predicó la esperanza, el amor de Dios y su misericordia hacia los pobres”, dijo.
Por otra parte la hermana Fidencia Luna, laica asociada de las Hermanas del Verbo Encarnado, presentó ante la asamblea un análisis de la realidad en México; con el título “Construir la esperanza, misión profética de la familia Dominicana”.
Ella habló sobre los Movimientos sociales en México; el Estado y los derechos humanos; la pérdida de referentes morales en la política del país; y el Pacto por México que resulta Inviable, construido a espaldas de la sociedad y que aún se queda distante de las verdaderas necesidades del pueblo.
Una intervención más y bastante enriquecedora fue la de Ana Elena Barrios, una joven del movimiento MJD (Movimiento Juvenil Dominicano), que se ha destacado por tener un espíritu altruista y verdaderamente dominicano; ya que es la compasión quien la mueve a actuar al igual que nuestro padre Santo Domingo.
Ella trabaja con los migrantes del Sur de México y los centroamericanos que pretenden llegar a los Estados Unidos; una meta difícil que emprenden pero que, con la ayuda de nuestros hermanos y hermanas, les es más llevadera.
Ana Elena dijo: “La esperanza es un camino, no una meta”; aun así vemos que aunque no lleguemos a la meta, la esperanza siempre existirá. Y para fundamentar esta frase uno de los datos que nos compartió fue el siguiente: Alrededor de 400,000 migrantes centroamericanos en tránsito cada año por México solo el 10% llega a Estados Unidos, para cumplir su “sueño americano”.
Una de las intervenciones bastante aclamada en el encuentro fue la de Monseñor Raúl Vera López OP, nuestro gran hermano que siempre está pronto para apoyarnos en los proyectos de la Comisión.
Durante su ponencia Fray Raúl nos motivaba a seguir luchando por el bien de los más pobres y desamparados; haciendo hincapié en aquellos que no son escuchados e invitándonos a ser voz de los que no tienen voz.
Fray Raúl nos motivó a plantearnos retos en la predicación y obra de nuestro Padre Santo Domingo: Reconocer la dignidad humana y sus derechos su defensa y promoción de los mismos; la recuperación de la naturaleza para sustentar la vida en todas sus dimensiones; y la dimensión ética en el orden político, económico y religioso.
Premio de Derechos Humanos Don Sergio Méndez Arceo
Por otra parte, la Comisión de Justicia y Paz en México se hace partícipe en la entrega del Premio de Derechos Humanos Don Sergio Méndez Arceo. Este año participamos proponiendo a Fray Tomás González.
Se trata de un fraile franciscano que administra un albergue para migrantes en el Estado de Tabasco y a la organización de Las Patronas, un grupo de mujeres de Veracruz que dan comida a los migrantes que viajan en el tren rumbo a Estados Unidos. El otorgamiento del premio fue precisamente para este grupo de mujeres que trabajan en bien de los más necesitados en nuestros tiempos.
Adjunto aquí mismo un par de links que permiten ver los videos del trabajo de estas mujeres guerreras.
http://www.youtube.com/watch?v=0B0krV986I0 http://www.youtube.com/watch?v=qQLFJGp9AMo
Nos sentimos honrados que mujeres que vienen de un sector, muchas veces marginado, entreguen su vida a aquellos que quizás se ven reflejados en ellas, en su humildad, servicio, amor y deseos de salir adelante.
Por: Hermana Migdalia Pérez