Hay cosas aparente muy sencillas, pero que, pensándolas un poco nos asombran. Ayer tuvimos una sesión de información sobre el Congreso internacional de hermanos cooperadores que tuvo lugar en Lima. Informó sobre ello Joe, un jovencísimo hermano cooperador norteamericano que es matemático y que esta unos meses en san Esteban de Salamanca con la finalidad de aprender español, algo que ya hace admirablemente… Su juventud y su preparación nos muestra el nuevo tipo de hermanos que entran en la Orden con vocación de laicos… Esto esta ocurriendo sobre todo en Estados Unidos y Vietnam…
Tras su intervención, y esto es lo que quería contar, habló otro hermano cooperador vietnamita. Habló en vietnamita, haciéndolo para mis oídos igual que los vietnamitas que hemos visto en las películas de guerra: “ñac clac jiu chu, ñac tank…” Así nos sonaba a nosotros, pero un dominico chino de Formosa bastante mas mayor lo iba traduciendo al inglés. Inmediatamente, en traducción simultánea, lo escuchábamos y entendíamos perfectamente en español o francés… La verdad es que tenemos un equipo de traductores frailes, con una gran experiencia de muchos encuentros internacionales y que conocen perfectamente nuestro lenguaje, nuestras ideas, vocabulario etc. , de modo que podemos seguir cualquier discusión, a veces de carácter técnico, perfectamente en las tras lenguas oficiales: inglés, español francés. Aunque no son oficiales, también utilizamos el italiano o el alemán para entendernos en pequeños grupos: para entenderse todo vale.
La anécdota que quiero contaros es que ese padre de Formosa, traductor del vietnamita, nos ha dicho hoy la homilía dedicada a los san Joaquín y santa Ana. He estado especialmente devoto porque es para mí una fiesta especial: el santo de mi madre, de una hermana y una sobrina, además el aniversario de boda de mis padres… Escuché la homilía en inglés con toda devoción, pero sin entender nada más que los nombres de Joaquín y Ana… Quedé embobado viendo con qué alegría e ilusión predicaba hasta el punto de emocionarme por algo especial que comunicaba. Comprendí cómo los japoneses le entendían a san Francisco Javier, que no hablaba una palabra de japonés…, pero le entendían…
En el desayuno le pregunté a Mario Jabares, uno de nuestros veteranos traductores de qué habló y me dijo: Hizo una homilía muy sencilla, hablando de su educación en la familia cuando era niño. Comenzó contando cómo veía que su madre rezaba siempre antes de dar de mamar a su hermana… Irreverentemente le comenté: O sea, que antes de comer bendecía la mesa… Luego contó con la misma sencillez cosas de santa Ana y san Joaquin y también de San Alberto y Santo Tomás. Para los orientales la sencillez ingenua es algo muy hermoso y muy bello. Casi todo lo explican como un cuento… Me acordé de mi amigo, escritor de cuentos, Gustavo Martín Garzo. ¿Es ahí donde está la sabiduría? Recuerdo que mi amigo decía: “Un cuento es como un nido donde el niño se siente seguro… y feliz”.
La primera mitad de la mañana la dedicamos a una Asamblea General en la que el Maestro de la Orden nos informó sobre el proceso de publicación de las Actas del Capítulo, ya que algunos se quejaban de que llegaban a veces muy tarde. Nos dijo que iremos todos con los textos oficiales aprobados, cada uno en la lengua en que fue aprobado. La edición especial tiene que esperar para llevar una presentación del Maestro de la Orden y las traducciones a las tres lenguas oficiales. Luego se traducirá a otras leguas como el croata, el polaco, el italiano, el alemán, el vietnamita o el irlandés, etc., cosa que depende de cada una de las provincias… Pero, una vez finalizado el Capítulo, iremos a casa ya con los textos oficiales en las lenguas oficiales en que fueron redactados sus textos… Una vez aprobadas por los capitulares, tienen ya valor legislativo y pueden (y deben, esto es mío) ser utilizadas para los Capítulos Provinciales que tendrán lugar a finales del este verano…
Nos informó que, siguiendo el ejemplo del último capítulo genera del Roma, para aligerarlas actas irá en un proemio un presentación general indicando aquellos aspectos que se quieren impulsar y que guían todo el articulado en una forma más legislativa o jurídica. Para elaborar ese texto pidió que cada una de las comisiones aportara un par de párrafos en que se expresasen las ideas centrales de cada comisión y que considerase que debían ser recogidas en el Prólogo…
A Continuación invitó a el ex–Maestro Carlos Azpíroz, experto canonista, que explicara el Estatuto de Textos que se viene aplicando desde 1977, según el cual hay que distinguir entre los textos que tienen valor jurídico y los que son de carácter inspirador, orientativo o explicativo pero sin valor jurídico. Entre los textos jurídicos hizo toda una gradación, desde la Ordenatio, la Commissio, y la Petitio, a la Commendatio…, cada una con su carácter peculiar y su traducción exacta y técnica en cada lengua: Ordenamos, recomendamos, pedimos…. Un testo jurídico que implica una obligación, explicó, debe decir claramente a quién ordenamos, qué ordenamos y cuándo ha de hacerlo… Eso lo debemos tener en cuanta para dar concreción a nuestra propuestas. Una recomendación va dirigida a todos y a nadie en particular, aunque nos marca el camino a seguir…
Para muchos, las fórmulas recomendamos, ordenamos, pedimos, parecen “florituras”, pero lo que manifiestan realmente es su valor jurídico o su grado de obligatoriedad, lo que es muy importante, si no para un fraile particular –que puede permitirse no leer ni una línea de las actas– , sí para las instituciones: provincias, vicariatos, centros de estudios, administradores… Lo explicó dirigiéndose a Timothy: por ejemplo, se ordenó que la provincia de Inglaterra satisfaciera sus deudas con la administración general en lo referente a las cuotas, y ayer mismo por la noche lo hizo. Todos nos reímos por la alusión a su predecesor como Maestro, el cual recibió el tirón de orejas con benévola humildad …
A continuación invitó a las comisiones a que vayan cerrando los documentos para someterlos a traducción y discusión… incluso si no están del todo elaborados… Sobre todo es necesario establecer una agenda para la traducción de los escritos y para su discusión. Todos entendimos perfectamente. ¡Hay que ponerse las pilas! Hay que dejar de divagar, de discutir y centrarnos en elaborar un texto… y darle la forma jurídica adecuada… A continuación nos convocó el jefe de traductores para decirnos: traduciremos todo lo que necesitéis, pero los documentos tenéis que presentarlos a doble espacio y tenéis que calcular que cada página nos lleva dos horas (trad. oficial).
Después de la asamblea fuimos inmediatamente a las comisiones a discutir y elaborar los dos párrafos pedidos para el prólogo, que lleva su tiempo…, y concluir la primera redacción de textos. Mi comisión ya hemos terminado la redacción correspondiente a los diez documentos y a las preguntas formuladas por las Provincias, unas en inglés y otras en español. Hemos utilizado el traductor del Google (que utilizamos para facilitar la tarea) y ya tenemos en bruto la primera redacción del texto. Podemos tener una visión de conjunto que iremos matizando y dando forma jurídica y tenemos una base para discutirlo en la comisión con el Maestro de la Orden, con el Delegado General de la Orden de Justicio y Paz, etc. Y así, poco a poco ira recibiendo un nuevo hervor cada día hasta que sea presentado y discutido por toso… ¿Nos lo echarán a los corrales? Puede ser…, pero trabajaremos. Como secretario de la comisión me siento ya muy aliviado, pues pienso: “Ahora ya, sólo nos queda lo curiosín”… Buenas noches. Me voy para la cama cansado pero contento. Es la una y media, y mañana suena le reloj a las 6,30…
Acabo de recibir algunos correos hermanos que leen las crónicas: Miriam, Ángel, gracias… Un recuerdo especial a las monjas del monasterio de Ntra Sra de las Flores de Viveiro… que soportaron mis charlas de ejercicios… Gracias por rezar por los “pobes galeguiños” que han fallecido en el accidente. A todos los de la Familia Dominicana: si pasáis por Viveiro, vistad a las hermanas: les daréis una gran alegría, os tratarán maravillosamente… y hacen unas tartas riquísimas…
dominicos.org/fr. Juan Manuel Almarza