Para miles de familias, los símbolos representan a la minoría cristiana en el país
El dolor del pequeño tatuaje de la cruz en la muñeca derecha aún no es comprendido por niños y bebés que son sometidos a la tradición de los cristianos coptos desde principios del siglo 20, en Egipto, en el norte de África. Algunos aún son tan pequeños que los padres deben cargarlos en su regazo durante la sesión de tatuaje, que por lo general se realiza después de algún culto, en las calles de El Cairo, capital egipcia, de acuerdo con el periódico estadounidense Global Post. Mientras que los niños lloran, los padres lo celebran con orgullo.
Recibir un tatuaje es la identificación de muchos de los 8 millones de egipcios cristianos coptos. “Yo siento que eso es una bendición que nos protege. Es por eso que traje a mis cuatro hijos”, le dijo una mujer a la red de televisión estadounidense CNN. Por 10 libras egipcias (un poco más de 1 dólar), el niño sale con un pequeño símbolo en la piel.
Cargar la minúscula marca en la piel es declarar públicamente la fe cristiana, aun sabiendo que la señal visible puede traer el desprecio y la discriminación de la sociedad musulmana en la que viven. Para estos cristianos, la cruz es el mayor símbolo de un largo martirio y la victoria más grande del cristianismo.
El tatuaje es una de las tradiciones más antiguas de Egipto, que se ha encontrado en momias de más de 2 mil años antes de Cristo (a. C.). Sin embargo, miles de años más tarde, desde que el Islam llegó al país, la práctica fue prohibida. Según el Corán, libro sagrado del islamismo, el diablo se llevaría a quien alterara la creación de Alá. “Todo aquel que es guiado por Shaitan (Satanás), en lugar de Alá, en realidad sufren una pérdida.”
Marcas indestructibles
Tener la marca en la piel es exponerse en un país donde los cristianos aún son una minoría (el 10% de la población). Y el precio a pagar es muy alto. En abril del 2005, una muchacha copta de 17 años fue secuestrada por un grupo extremista islámico. Durante 23 horas fue drogada y violada, además de tratar de eliminar su tatuaje con una tijera. El mes de febrero último, combatientes del Estado Islámico (EI) mataron a 21 cristianos coptos, fácilmente identificados por los tatuajes, en Libia, en el norte de África.
“Muchos de nosotros tenemos estas cruces en la muñeca. Elegimos tener marcas indestructibles como seguidores de Cristo para que jamás podamos renegarlo, ni siquiera en nuestros momentos de debilidad”, afirmó un cristiano copto a la Revista Impacto.
La persecución religiosa a los cristianos en Egipto se ha intensificado desde julio del 2013. Más de 60 iglesias, escuelas y librerías cristianas han sido completamente quemadas, destruidas y saqueadas, la mayoría de las veces incentivados por movimientos islámicos. Además, solo 5 de los 32 edificios de iglesias destruidas han sido reconstruidas hasta ahora. El Evangelio no puede ser predicado libremente en el país. Está prohibido distribuir Biblias o folletos con mensajes bíblicos.
Publicado por Silvia. S.A.
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