Neopersecución de sacerdotes en México | | | |
Después de Colombia, México es el país más peligroso para ejercer el sacerdocio por el mayor índice de magnicidios. De
Actualmente graves riesgos amenazan a dos de cada 10 Sacerdotes de las distintas Provincias Eclesiales de la república mexicana, debido a que reciben intimidación directa por algún grupo anticatólico, político, intelectual, policial o del crimen organizado, especializado a resaltar campañas de odio contra la fe católica y que a veces se consuman en homicidios.
Un análisis reciente indica que las agresiones violentas han elegido como “blanco de sus ataques” a Sacerdotes, Religiosos, Obispos, e incluso a Cardenales, tan sólo porque desde el ejercicio ministerial, Comisión o Dimensión Pastoral, han cometido la audacia de condenar los graves problemas económicos, políticos y sociales, derivados de la severa crisis de violencia que afecta a México.
Según análisis y con información de
Por lo anterior, el ministerio Sacerdotal se ha convertido en una labor de riesgo para algunas provincias eclesiásticas del país, destacando las que se encuentran en la región de
Frente a tan grave problema,
1- El caso más reciente de Asesinato de un sacerdote y dos religiosos en México, se llevo a cabo el sábado 13 de Junio de 2009, y se trata del Padre Habacuc Hernández Benítez, de 39 años de edad, coordinador de la pastoral vocacional en la diócesis de Altamirano, y los jóvenes religiosos Eduardo Oregón Benítez, de 19, y Silvestre González Cambrón, de 21. Magnicidio perpetrado cuando se dirigían a una reunión de pastoral vocacional la noche del sábado en el municipio de Arcelia, en Tierra Caliente, Guerrero.
2- El Pbro. Julio Cesar Mendoza Acuña, de 33 años, Párroco de Nuestra Señora de Fátima, en
Otro caso lamentable fue el homicidio contra el Padre Gerardo Manuel Miranda Avalos, de 45 años de edad, Director de Instituto “Fray Juan de San Miguel”, del poblado de los Reyes, en el estado de Michoacán; asesinado con un disparo en el pecho, cuando entraba al colegio, el 2 de Septiembre de 2008.
3- En 2007, dos sacerdotes y un religioso, fueron asesinados a sangre fría: el Pbro. Humberto Macías Rosales, párroco de Nuestra Señora de
Durante el mismo año 2007, el religioso Ricardo Junious, Misionero de María Inmaculada, lo golpearon y estrangularon para robar al interior del templo de Nuestra Sra. de Guadalupe, en el Barrio de San Rafael, Delegación Cuauhtémoc, de
4- El Padre Manuel Delgado (Hermanos Menores OFM), de 42 años, era vicario del Templo del San Cristo de Burgos, en ciudad Jiménez, estado de Chihuahua. Fue encontrado muerto el 6 de Febrero de 2005, un día después de su desaparición; el cuerpo del sacerdote presentaba señales de numerosas heridas contundentes que hacen pensar que fue torturado; según indicios por las autoridades inducen que fue victima de un atraco.
El Pbro. Luis Velásquez Romero, de 51 años, estaba a cargo de una parroquia en el barrio de profunda degradación llamado “Colinas de Agua Caliente”, y era Juez del Tribunal eclesiástico diocesano, de
5- Otro año negro para el sacerdocio mexicano fue 2004: el Padre Ramón Navarrete Islas, de 56 años, párroco en la frontera Norte de México, Diócesis de Ciudad Juárez, estado de Chihuahua. Fue encontrado muerto, con numerosas heridas de cuchillo en el pecho, el 6 de Julio de 2004; según investigación el móvil fue por robo a su casa parroquial, y también se llevaron su automóvil.
El Pbro. Macrino Nájera Cisneros, de 42 años, párroco de Jilotlan, estado de Jalisco, fue asesinado el 18 de octubre de 2004, después de
6- Otro homicidio lamentable fue el del Reverendo José Ignacio Flores Gaytan, el 17 de enero del año 2000, en la ciudad de Torreón, estado de Coahuila; el reporte por las autoridades inducen que el asesinato fue perpetrado para robar sus pertenencias. El mismo caso sucedió con Fr. Abdias Díaz, de
7- El crimen que más impacto a la opinión publica en general y a
De acuerdo con el anterior registro, México gira peligrosamente dentro de la órbita de la violencia que atenta contra sacerdotes y religiosos. Los casos anteriores obligan a abrir los ojos, y actuar con energía condenando los hechos, para que las autoridades investiguen -hasta el último esfuerzo empeñado-, y resuelvan los magnicidios que siguen sin sentencia o consignación del o los responsables.
Por eso, al hablar de asesinatos de sacerdotes, hoy más que nunca, siguen resonando las palabras del Emmo. Sr. Cardenal Eduardo Pironio: “Queremos saber, tenemos derecho a saber quién y por qué, siquiera para saber a quién perdonar”. Recordemos, el fin último de
IMDOSOC
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