La Arquidiócesis Primada de México condenó las “agresiones impunes” contra católicos del Distrito Federal durante la procesión de la Solemnidad del Corpus Christi (cuerpo y sangre de Cristo) encabezada por el cardenal Norberto Rivera en las inmediaciones de la plancha del Zócalo capitalino.A través de un comunicado la Arquidiócesis acusó a “provocadores profesionales ligados a grupos del Partido de la Revolución Democrática (PRD)” que “profanaron un acto de culto gritando insultos al paso del Santísimo Sacramento, en su recorrido por el Zócalo”.
EL COMUNICADO:
Los católicos de la ciudad de México seguimos siendo vulnerables e indefensos ante las agresiones de personas intolerantes, enemigos de la fe, como quedó de manifiesto durante la procesión de este Jueves de Corpus Christi, cuando provocadores profesionales ligados a grupos del Partido de la Revolución Democrática, profanaron un acto de culto gritando insultos al paso del Santísimo Sacramento, en su recorrido por el Zócalo.
La libertad de expresión de los católicos no está garantizada en la así autodenominada “Ciudad de las Libertades”. Cuando hay manifestaciones callejeras de otros grupos en el Distrito Federal, el gobierno de la ciudad ha enviado hasta 500 policías para la protección de estas personas a fin de garantizar su libertad de expresión; la Policía del Distrito Federal fue incapaz de actuar de manera preventiva para evitar la provocación de las mismas personas que cada domingo, auspiciadas por el PRD se instalan en la calle de Madero para gritar ofensas contra el Papa, la Iglesia y los católicos, a pocos pasos de la Catedral.
Cabe señalar que este Jueves de Corpus, la conducta de los maestros que sostienen un plantón en la plancha del Zócalo fue respetuosa, e incluso, muchos de ellos se sumaron a la tradicional procesión con el Santísimo.
Nada hizo, sin embargo, la Policía capitalina para prevenir y evitar las provocaciones que cada domingo y fiestas religiosas realizan este reducido grupo de personas y que han participado en las continuas agresiones y ofensas a la fe que han tenido que sufrir los católicos en las misas que se celebran en la Catedral de México, como el Semanario desde la Fe lo ha evidenciado con fotografías en repetidas ocasiones.
Lamentamos esta agresión a la fe del pueblo católico y pedimos a Dios el perdón para quienes sin un mínimo de tolerancia ofenden a su Persona Divina y a la fe de los católicos cuya libertad de culto y expresión no está garantizada en la ciudad de México, única ciudad del país donde suceden estos hechos tan deplorables.