Queridos hermanos y hermanas:
El 22 de diciembre de 2016, poco antes de la Navidad, el Papa Honorio III dio a Santo Domingo la Bula “Religiosam Vitam”
de Confirmación de la Orden de Predicadores. Iniciado el Año Nuevo, el
18 de enero de 1217, el mismo Papa le escribía a Santo Domingo y a sus
frailes: “Aquel que incesantemente fecunda la Iglesia con nuevos
hijos, queriendo asemejar los tiempos actuales a los primitivos y
propagar la fe católica, os inspiró el piadoso deseo de abrazar la
pobreza y profesar la vida regular para consagraros a la predicación de
la Palabra de Dios, propagando por el mundo el nombre de nuestro Señor
Jesucristo” (LCO 1, §1). He aquí la perspectiva de evangelización
desde la cual nos disponemos a celebrar nuestro Jubileo para celebrar
los 800 años de la confirmación de nuestra Orden.
A través de este mensaje, les invitamos para que
esta Navidad 2012 y el Año Nuevo 2013 sean con gran entusiasmo el
“arranque final” para la preparación de nuestra celebración jubilar, que
ya viene propuesta desde el año 2007, para hacer así una novena de años
de preparación, de los cuales entramos ahora en la etapa definitiva
para esta gran momento de la Familia Dominicana toda y con ella, de
nuestra madre la Iglesia. La preparación inmediata del Jubileo de la
Orden y su celebración están llamados a ser un momento privilegiado de
acción de gracias, toma de conciencia, renovación personal y
comunitaria, impulso apostólico en el ámbito misionero y de la nueva
evangelización, así como fuerza y valentía para soñar el futuro, sin
temor.
El propósito es celebrar el Jubileo a cuatro
niveles: 1) de las comunidades locales, 2) de las provincias y entidades
afines, 3) de las regiones en diversas partes del mundo y 4) en el
nivel de la Orden toda. A partir del nuevo año 2013, empezaremos a
compartir con ustedes de manera más frecuente a través de diversas
formas de comunicación física y virtual lo que las entidades ya están
haciendo y lo que proponemos para esta grande celebración. También
queremos recoger sus ideas y unirlas en un gran proyecto jubilar que
apunte no sólo a una celebración, sino al fortalecimiento de la vida y
misión de la Orden en el mundo contemporáneo. El Maestro de la Orden
también ha pedido a las entidades que se nombre un Promotor para el
Jubileo. Con ellos comenzaremos un camino compartido de preparación, a
partir del nuevo año 2013.
Estamos ante una oportunidad única e irrepetible
para alentar aún más todo cuanto hacemos hoy, como Familia de Santo
Domingo en el mundo, para anunciar el Evangelio a todas las gentes,
promover la vida, la verdad, la justicia y la paz, y para que la Orden
se renueve a sí misma. Será un trabajo inmenso pero maravilloso, a
través del cual cada hermano y hermana podrá encontrar un lugar y una
tarea, para que todos nos enriquezcamos con lo que cada uno está
haciendo y desea proponer. Quizás también deberemos pedir perdón por
nuestros pecados de ayer y de hoy, para sanar las heridas de la historia
y para reforzarnos en la humildad, que es un gran secreto de los buenos
predicadores; pero en eso, incluso el recordado Papa Juan Pablo II nos
dejó una gran enseñanza mientras celebrábamos el Jubileo 2000 del
cristianismo y tampoco deberemos tener miedo.
El Papa Benedicto XVI acaba de dar apertura al Año
de la Fe. También hemos iniciado la celebración de los 50 años de la
apertura del Concilio Vaticano II en el cual no pocos y muy preclaros
dominicos tomaron parte e iluminaron la elaboración de varios de sus
documentos. Por eso vale que hagamos propias las palabras del Papa el
pasado 11 de octubre 2012: “Si hoy la Iglesia propone un nuevo Año
de la Fe y la Nueva Evangelización, no es para conmemorar una efeméride,
sino porque hay necesidad, todavía más que hace 50 años. Y la respuesta
que hay que dar a esta necesidad es la misma que quisieron dar los
Papas y los Padres del Concilio, y que está contenida en sus
documentos”. Por eso hemos de sentir y saber que mucha de esa
“necesidad” de Evangelio la tenemos allí en cada una de nuestras
presencias y en los lugares adonde debiéramos ir y que la Iglesia nos
está llamando a que demos respuesta como predicadores gozosos del
Evangelio.
Domingo de Guzmán “maestro de misericordia” nos
invita a renovarnos como testigos de la Luz que iluminó el pesebre de
Belén, en nuestra Iglesia que es “maestra de humanidad”. El buen Dios
que ha querido aproximarse a nuestra vida, encarnándose en el seno de
una Virgen bendiga a cada a uno de los hermanos y hermanas y Santa María
Madre de Dios reavive en todos nosotros en esta Navidad y en el Nuevo
Año las palabras de Jesús: “Bienaventurados los que buscan la paz”! (Cfr. Mt 5,9 y Mensaje del Santo Padre para la 46ª Jornada Mundial por la Paz – 01 Enero 2013).
Feliz Navidad 2012 y Venturoso Año 2013!!
Con nuestro fraterno saludo, Equipo para la Preparación del Jubileo OP 2016