Biografía de Fray Vicente María Orsini (Benedicto XIII) (1649-1730)
Pedro Francisco Orsini nació en Gravina (Puglía) el 2 de febrero del año 1649. Es hijo de Fernando Orsini, duque de Gravina y de Juana della Tolfa, o de Frangipane.
Es evidente que, dada su familia y su inteligencia, tuvo una
formación muy completa ya en su país de origen. De carácter piadoso ya
desde su infancia, en su mayoría de edad renunció en favor de su hermano
a la primogenitura del ducado y, contra el parecer de la madre, se
dirige al convento de San Domenico di Castello en Venecia, donde recibe
el hábito dominicano y toma el nombre de Fray Vicente María, el 13 de
febrero de 1668. Al año siguiente, el 28 de febrero de 1669, fray
Vicente María Orsini está ya estudiando en Bolonia.
Ese mismo año recibe las órdenes menores. El año 1670 recibe el
subdiaconado, y ese año es propuesto como estudiante "formal"; es decir,
para una formación específica de profesor, dada la excelente
preparación que demostró en el Capítulo provincial (MOPH XIII, 66). El
diaconado lo recibe en Roma a primeros de febrero del año 1671, y el 24
de febrero es ordenado presbítero por el cardenal Altieri, en la
residencia papal del Quirinal. El 7 de marzo de ese año ya está en
Bolonia.
El joven Fray Vicente María Orsini hará el examen de "lectorado"
(profesor) en mayo de 1671, bajo el gobierno del Maestro de la Orden
fray Tomás Rocaberti, y es enviado como profesor a Brescia.
Fray Vicente María Orsini, Cardenal y Arzobispo
El papa Clemente X (1670-1676) nombra cardenal a fray Vicente María Orsini con el título de San Sixto, cuando cuenta 23 años. Apenas fray Vicente María lo sabe, se "rebela" y huye del convento de Bolonia y se esconde en el pajar del monasterio cercano de Ronzano, y allí lo encontrará el Maestro de la Orden, Tomás de Rocaberti, que viene de parte del Papa a conminarle con precepto formal la aceptación del cardenalato. La lucha durará desde el 27 de febrero al 13 de marzo, cuando, con el Maestro de la Orden y otros compañeros, parten para Roma.El 21 de marzo de 1672 fray Vicente María Orsini está ya en Roma ante el Papa. Será nombrado Prefecto de la Congregación del Concilio, y se conoce su actividad religiosa con bastante detalle, y, asimismo, su "afición" a la consagración o dedicación de iglesias y altares.
El año 1675 es nombrado arzobispo de Manfredonia (Siponte), en la región de Puglia, de donde, el Papa Inocencio XI (1676-1689) lo transfirió el año 1680 a la sede de Cesena, en Emilia Romagna, para pasar después a la ilustre sede de Benevento (Campania) en el año 1686, en cuya sede transcurrirá 38 años.
El lema del servicio pastoral del cardenal Vicente María Orsini en
las diversas sedes, especialmente en su largo gobierno en Benevento,
"haciendo el bien y curando a todos", siendo amado y venerado por su
múltiple servicio pastoral y por sus virtudes de austeridad y bondad. Su
labor abarca el campo religioso y el económico o de justicia social de
sus fieles.
El año 1688 la ciudad de Benevento sufre un tremendo terremoto, y el
mismo arzobispo fue rescatado, malherido, de las ruinas de su residencia
por un fraile dominico. El arzobispo atribuye su salvación y
recuperación a la intercesión de san Felipe Neri (t 1595), del que era
muy devoto. Poniendo sus propios medios económicos y buscando ayudas
diversas, logrará reedificar la ciudad, empezando por la catedral, entre
los años 1688 a 1694.
Clemente XI (1700-1721) nombra al arzobispo de Benevento "Abogado de
la Iglesia y Defensor de la Religión", encomendándole algunas delicadas
gestiones políticas en Europa, agitada además de en la política, por el
movimiento religioso jansenista y por el galicanismo.
El papa Clemente XI muere el 7 de marzo de 1721. El cardenal Vicente
María Orsini había participado en cinco cónclaves, siempre colocado
entre los "zelanti", es decir, entre los que buscaban el bien religioso
de la cristiandad y de la Iglesia.
Fray Vicente María Orsini, Papa, Benedicto XIII
En el cónclave, largo y politizado, que seguirá a la muerte de Clemente XI, finalmente, el 29 de mayo de 1721 será elegido Papa, por unanimidad, el cardenal dominico fray Vicente María Orsini, que tomará el nombre de Benedicto XIII, en memoria de su antecesor dominico, el papa beato Benedicto XI (1303-1304).El nuevo Papa empieza un estilo de vida de verdadero religioso. Su habitación, su celda, es completamente pobre: con la misma cama que había usado los días del cónclave y una mesa, una silla y algunas láminas. El mismo afirmará que, en la celda es fray Vicente María; y en los suntuosos salones del Vaticano, es Benedicto XIII. El Papa vive en una grandísima austeridad.
Disminuye el boato de la Curia papal. Se libera de los guardías de
cuerpo o guardaespaldas. Camina libremente por la ciudad. Visita los
hospitales. Crea el hospital de San Galicano para los enfermos de la
piel. Se decía que para el Papa todas las calles llevaban a algún
hospital, donde cuida materialmente de los enfermos y los conforta, o a
alguna iglesia, donde administra los sacramentos, escucha los sermones,
celebra la Eucaristía o celebra públicamente el Oficio divino,
especialmente en los últimos meses de su vida. Se sabe con certeza que
en la noche se dedica largamente a la oración.
El Papa continua en su preocupación especial por la ciencia, creando
en la Universidad de "La Sapienza" de Roma la Academia teológica. Cuida
también las excavaciones arqueológicas que se inician en la Ciudad
eterna. Benedicto XIII en mayo de 1725 ordena la organización de los
Seminarios y creó para ello la "Congregación de los Seminarios".
El Papa afrontó también en 1727 el problema de los ritos malabáricos
en la India, bastante confusos entonces por sus supersticiones, a la vez
que exige expresamente que no sean negados a los fieles "parias" los
sacramentos, pues en Dios no hay acepción de personas. El Papa tuvo
incluso buenas relaciones con el emperador de China, y en 1724, y por su
mediación, fueron liberados numerosos encarcelados, recibiendo asimismo
preciosos regalos del emperador.
En su pontificado Benedicto XIII nombró sin favoritismos 29
cardenales. El papa Benedicto XIII realizó diversas canonizaciones entre
los años 1726-1729: la de santo Toribio de Mogrovejo; la de S. Giaccomo
della Marca y la de san Francisco Solano; la de Sta. Inés de
Montepulciano, O.P.; la de san Luis Gonzaga y san Estanislao de Kostka;
la de San Juan Nepomuceno y la de san Juan de la Cruz. Él decretó la
beatificación del papa Gregorio Vil (t 1085), que no fue aceptada en la
Francia galicana. Asimismo aumentó las indulgencias al ejercicio piadoso
del Vía Crucis.
Pocos meses después de su último viaje a Benevento en 1729, el papa
Benedicto XIII muere santamente el 21 de febrero del año 1730, a los 81
años de edad, y fue sepultado inicialmente en la basílica de San Pedro,
pero fue inmediatamente trasladado a la basílica dominicana de Santa
María "supra Minervam", en un espléndido sepulcro, con su figura orante,
obra de C. Morchioni del año 1730, situado en la capilla de Santo
Domingo.
Semblanza espiritual del Papa Benedicto XIII
Repetidamente se ha aludido ya a las virtudes teológicas y morales
del papa Benedicto XIII, que puede decirse destacan de un modo fuera de
lo ordinario, sea en cómo él eligió y defendió su vocación religiosa y
rehusó los honores; sea en su grande sensibilidad espiritual y social;
sea en su combate pacífico contra el jansenismo y las costumbres de los
eclesiásticos; sea defendiendo los derechos de la Iglesia ante diversos
príncipes. Su ideal social era el de crear en todas partes un clase
social de pequeños propietarios.
De hecho, tales son las virtudes y fama de santidad del papa dominico
Benedicto XIII, que se pensó pronto en su beatificación y, 20 años
después de su muerte, se inició el Proceso de su canonización por
iniciativa del obispo dominico J. de Andújar, obispo de Tortona (Turín),
pero por diversos motivos o vicisitudes, todo ha quedado en suspenso,
pero, quizá no definitivamente, y el Proceso se encuentra en los
archivos de la Postulación de la Orden en Santa Sabina en Roma.
Fuente: González Fuente, Antolín; "Los cuatro Papas dominicos", de la colección "Celebraciones vivas de los Santos y Santas Dominicos" editada por Ricardo Cuadrado Tapia.