Epifanía es lo mismo que manifestación del Señor. Guiado por este pensamiento, el Oriente centró la fiesta del 6 de enero en el bautismo de Jesús por Juan, ya que la voz del Padre, la bajada del Espíritu Santo en forma de paloma y el testimonio de Juan constituyen la gran manifestación de la personalidad divina del Salvador en el momento en que va a comenzar su vida pública. El Occidente, mas impresionado por la adoración de los Magos, subraya vigorosamente en la misa, por el evangelio y la colecta, y en maitines, por las tres hermosas lecciones del oficio: santificadas por el bautismo de Jesús, las aguas que han recibido para siempre el poder de santificar en el Espíritu Santo a cuantos son llamados a recibir el bautismo cristiano. Ningún lugar más indicado que éste, después de la supresión de la octava de la Epifanía, para conmemorar el bautismo de Cristo, manifestación de su divinidad y de la obra de transformación divina que viene a realizar en nuestras vidas humanas.
Tomado del Misal diario.
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