El auténtico conocimiento de Dios, Dios de la misericordia y del amorbenigno, es una constante e inagotable fuente de conversión, no solamentecomo momentáneo acto interior, sino también como disposición estable, comoestado de ánimo. Quienes llegan a conocer de este modo a Dios, quienes lo«ven» así, no pueden vivir sino convirtiéndose sin cesar a Él.
S.S. Juan Pablo II, Dives in misericordia, 13 g.
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