XVII Asamblea General de CIDALC
En
el segundo día de la XVII Asamblea General de CIDALC que se viene
desarrollando en México, los frailes abordaron el tema de “La
evangelización en América Latina y el Caribe hoy” de la mano del teólogo
pastoralista mexicano, Pbro. Benjamín Bravo y, posteriormente,
interactuaron con el Maestro de la Orden, Fr. Bruno Cadoré OP
requiriendo su mirada sobre diversos temas atinentes a la misión de la
Orden en la Iglesia y en el mundo.
La jornada de trabajo comenzó con la celebración
de la Misa con Laudes que estuvo organizada por los frailes de la Zona
Bolivariana.
En la mañana y parte de la tarde, el teólogo
presentó a los frailes los aspectos medulares del cambio de época que la
humanidad está transitando y que conlleva un nuevo paradigma, nuevos
lenguajes, nuevas formas de expresión y de relación. “En el siglo más
religioso, la Iglesia Católica no es la preferida” aseveró el sacerdote,
“Cambió el ser humano y tenemos que cambiar” advirtió el teólogo, al
tiempo que destacó la necesidad de exculturarse como paso previo a la
inculturación “ya que de otra forma no habrá destinatarios que quieran
escuchar el mensaje de la Iglesia”. Aseveró que el lenguaje que todos
van a entender es el de la “samaritanidad”.
En esta nueva realidad los jóvenes y muchos grupos
hasta ahora excluidos asumen un nuevo protagonismo. Citando a Susana
Reguillo, el experto planteó que“vivimos un momento cultural en que el
pasado y el presente se reconfiguran a partir de un futuro incierto y
que los jóvenes son precisamente los actores mejor dotados para asumir
los cambios que son irreversibles”
Ante la crisis de la estructura parroquial y como
una forma de llegar a los alejados de la Iglesia, el sacerdote presentó
como alternativa la “Iglesia de casa”. Explicó que ‘la
Iglesia de casa’ es una célula de vecinos que viven en un mismo barrio y
que deciden su propia agenda, siendo los intereses de sus integrantes
el tema de sus reuniones periódicas.
La Iglesia de casa no se reúne en el templo, sino
en una casa de un vecindario e implica tres desplazamientos: del templo
a la casa; del clérigo al laico y del culto ritual al culto existencial
El sacerdote explicó que hay varios tipos de
Iglesia de casa: la comunidad eclesial de base, la comunidad de la
religiosidad popular, la comunidad de la familia de un enfermo, la
comunidad carismática, la comunidad papás y mamás catequistas de niños
que reciben un sacramento de iniciación cristiana, la comunidad de un
sector de personas (empleados en determinados rubros, por ejemplo), la
comunidad uno más uno (personalizado) y la comunidad que tiene la
celebración dominical .
LA ORDEN ES MÁS QUE UNA PROVINCIA O UNA COMUNIDAD
Luego de trabajar durante gran parte de la jornada
en torno al tema de la evangelización en América Latina y el Caribe, el
Maestro estuvo a disposición de los participantes de la Asamblea para
responder a sus preguntas e inquietudes.
Consultado sobre su parecer acerca del pensamiento
imperante de que el presente de la Iglesia es América y el futuro
África, el Maestro contestó con un contundente no y aseveró que “el
presente de la Iglesia es la Iglesia y el futuro de la Iglesia es la
Iglesia”
“El presente y el futuro es la Iglesia como tal,
como está en la cultura y en la historia” precisó, al tiempo que subrayó
el sentido de universalidad y transversalidad de la Iglesia, lo que
deriva en que cualquier comunidad de la misma es más amplia que la
propia comunidad. “La Orden es más que una Provincia o una comunidad”,
puntualizó.
El Maestro reconoció la necesidad de repensar y
efectuar cambios a nivel de la formación de manera de estar a la altura
de las necesidades de un mundo que está cambiando rápidamente. No
obstante, destacó que pese a tratarse de una Congregación pequeña, que
cuenta con 6000 hermanos, hay 1000 en formación inicial y hay vocaciones
en todas las regiones, siendo solamente dos o tres las Provincias sin
vocaciones.
RAZÓN Y CORAZÓN
El Maestro de la Orden expuso que muchas veces
luego del Concilio Vaticano II, en la Iglesia “hemos hablado y
teorizado demasiado y pensamos que a la gente se la podría convencer de
tener fe mediante la razón. Hoy se trata de vincular el corazón y la
razón”, afirmó. “No creo que debamos elegir todo sensible o todo razón,
debemos vincular”, tal como surge de la metodología de Tomás: la razón
debe ser guardiana del corazón y viceversa, puntualizó. “Esta
concepción es una riqueza en la Orden y una necesidad”, indicó. Fr.
Bruno manifestó que actualmente la sociedad le da a los jóvenes el
mensaje de que se necesita de su razón para producir quedando relegada
la sensibilidad al ámbito de su vida privada. “La Iglesia no debe decir
eso”, enfatizó.
LA PALABRA DE DIOS, DERECHO DEL SER HUMANO
El Maestro de la Orden se refirió, nuevamente, a
la centralidad de la Palabra de Dios en la misión de la Orden y aseveró
que “en la inculturación debemos dar la Palabra de Dios como una parte
del diálogo”. “Es un derecho del ser humano recibir la Palabra de Dios
para ser capaz de integrarla en su propia vida”, enfatizó.
Consultado sobre su visión respecto a la dimensión
misionera de la Orden, Fr. Bruno reconoció que existe pasividad
misionera, pero afirmó que las misiones son muy importantes para la
historia, el presente y el futuro de la Orden y del mundo y que deben
continuar “No será lo mismo de hace 30 años, pero debemos sentarnos a
pensar cómo acoger a las nuevas generaciones de hermanos y hermanas en
estas misiones y debemos entregarnos para hacerlo juntos”. Fr. Bruno
propuso como un primer desafío que se dialogue el tema en la región. El
segundo desafío expuesto por el Maestro es la apertura de nuevos lugares
de misión. En este sentido, aclaró que cuando una Parroquia funciona
bien es un regalo para la Iglesia territorial y hay que mantenerla,
pero muchas veces se hace necesario cerrar un lugar para poder ir a
cumplir con la misión a otro e invitó a los frailes a abrirse a la
posibilidad de colaborar con otras regiones o Provincias. “El Evangelio
nos llama a salir”, subrayó.
Fr. Bruno destacó que ante el miedo a asumir
nuevos desafíos se debe “fortalecer la confianza que tenemos en la
misión de la Orden”. “Jesús era El solo y 12 más que pensaron que era
posible dar una Palabra nueva a todo el mundo”, recordó. Enfatizó que
ofrecerle a la gente la Palabra de Dios es dar alegría y hacerlo en
Timor o en Bolivia es lo mismo.
“La Orden no es una empresa de producción de
trabajadores pastorales, de sacerdotes, no es una empresa de provisión
de docentes, es una casa para vivir”, puntualizó el Maestro, al tiempo
que admitió que hay que corregir algunos defectos. “Muchas veces
pensamos que el trabajo que hacemos es tan importante que podemos
olvidar el destino de nuestra vida”, manifestó.
Interrogado sobre las nuevas generaciones de
frailes, Fr. Bruno expresó que son muy diferentes pero, sin embargo,
señaló que existen algunas constantes “como que no son nuevos de Dios,
todos quieren recibir la tradición y el equilibrio de la vida de la
Orden, vivir como hermanos en la comunidad, rezar juntos, estudiar y
predicar”.
Finalmente, Fr. Bruno destacó la importancia de
los laicos y de los frailes cooperadores para la evangelización del
mundo y planteó que en la promoción vocacional se debe contemplar la
vocación de los cooperadores.
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