Estimados hermanos:
En el mensaje de esta semana, el Evangelio da cuenta de un par de parábolas de Jesús, asociadas al trabajo del campo. La parábola de la semilla que crece por sí sola (semilla de trigo) y la parábola de la semilla de mostaza, complementan el panorama de la parábola del sembrador. Detrás de estás figuras, Jesús nos presenta los misterios del Reino. Vale la pena recordar este domingo:
1. En la parábola del sembrador, sin duda, aparece el esfuerzo de ese trabajador, que esparce la semilla para que caiga en los distintos terrenos. El trabajo, el afán humano en predicar una realidad que lo rebasa, un misterio que se le ha confiado. Y ante esto, pienso y exclamo: ¡Gracias, Señor, porque nos llamas a colaborar contigo en el anuncio de la buena Noticia!
2. Las otras parábolas, nos centran ahora en la semilla. Primero, una semilla que en lo secreto de la tierra, va germinando y desarrollando sus estructuras vegetales, raíces, tallos y hojas, hasta formar las espigas que darán trigo para el pan. Si lo aplicamos al Reino, nos encontraremos una realidad que tiene sus tiempos, sus momentos; que no depende de nosotros una vez sembrada en el terreno propicio, para manifestar lo que es. Segundo, la semilla de mostaza (¡hasta hay un canto para niños!) es esa realidad pequeña, insignificante, que llega a desarrollarse más allá de nuestras expectativas. Y ante esto, también pienso: ¡Qué grande es el Reino que nos presentas, Señor! Lo contemplamos hoy con admiración y deseo que crecer en él.
3. El Reino, pues, se desarrolla silenciosamente, desde lo más cotidiano y pequeño de la vida. El Reino se manifiesta en su momento oportuno, dando frutos de salvación, causando paz y alegría. Confiemos en esto que nos enseña Jesús, sobre todo en los momento cuando, recién sembrado el campo, no vemos ni rastro de la semilla.
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Parábolas agrícolas: el misterio de la semilla.
Una semilla pequeña, que se desarrolla: la semilla de mostaza.
Una semilla silenciosa, que crece por sí sola: la semilla de trigo.
En lo pequeño,
en el silencio:
el Reino de Dios se va extendiendo;
en lo secreto,
superando planes empresariales de éxito y ganancia:
El Reino se manifiesta.
¡Para salvación de todos!
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En oración,
por la paz del mundo,
por las familias,
por que cese la persecución en Medio Oriente,
por las intenciones del Papa Francisco,
por todas sus intenciones.
Un saludo para todos y cada uno de ustedes,
fr Pepe op
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Domingo 14 de junio 2015
XI Domingo del Tiempo Ordinario
Del santo Evangelio según san Marcos (4,26-34)
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “El Reino de los cielos se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por ´si sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.
Les dijo también: “¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra”.
Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
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