Resumimos muy brevemente esta materia, que pertenece más bien a la teología ascética y mística. (...)
Los principales grados de oración que distinguen los autores, de acuerdo con los principios teológicos y las descripciones de los místicos experimentales, son los siguientes :
1o. ORACIÓN VOCAL. Está al alcance de todos. No se requiere una fórmula determinada, si bien la ofrece insuperable el Padrenuestro. Para que sea verdadera oración es preciso que se haga con atención (toda distracción voluntaria es un pecado venial de irreverencia) y con profunda piedad.
2o. MEDITACIÓN. Consiste en la aplicación razonada de la mente a una verdad sobrenatural para convencernos de ella y movernos a amarla y practicarla con ayuda de la gracia. Es esencialmente discursiva, aunque debe terminar siempre en los afectos del corazón y en una resolución práctica y concreta. Sin un ratito de meditación diaria es prácticamente imposible llevar una vida seriamente cristiana.
3.° ORACIÓN AFECTIVA. Es aquella en la que predominan los afectos de la voluntad sobre el discurso del entendimiento. Representa un avance sobre la meditación en orden a las oraciones contemplativas.
4o. ORACIÓN DE SENCILLEZ. Es una oración afectiva cada vez más simplificada. Consiste en una simple visión, mirada o atención amorosa hacia Dios o las cosas divinas, que enciende en el alma el fuego del amor. Representa la transición progresiva y gradual de la ascética o la mística, de la oración discursiva a la contemplativa.
5o. RECOGIMIENTO INFUSO. Es el primer grado de la escala contemplativa, y consiste en un replegamiento profundo del entendimiento hacia el interior del alma, donde encuentra la paz y el sosiego en Dios. El alma comprende sin esfuerzo las palabras del Evangelio: El reino de Dios estd dentro de vosotros mismos (Lc. 17,21).
6o. QUIETUD. Consiste en un sentimiento íntimo de la presencia de Dios, que cautiva la voluntad y llena al alma y al cuerpo de una suavidad y deleite verdaderamente inefables. El alma arde suavemente en el amor de Dios y ya no le parece hay más que desear) (Santa Teresa).
7o. UNIÓN SIMPLE. Es un grado muy intenso de oración contemplativa en el que todas las potencias del alma están cautivadas y absortas en Dios. El deleite y la gloria del alma son mucho más intensos que en el grado anterior. Lo mismo que el amor con que el alma se abrasa, que alcanza una intensidad increíble.
8o. UNIÓN EXTÁTICA. Es una oración de unión tan fuerte e intensa, que determina la suspensión de los sentidos internos y externos. El alma no ve nada ni oye nada de cuanto ocurre al exterior, encontrándose toda perdida y engolfada en Dios en medio de ardores y deleites inefables.
9o. UNIÓN TRANSFORMATIVA. Constituye la séptima morada descrita por Santa Teresa en su Castillo interior, y consiste, según San Juan de la Cruz, en «una transformación total en el Amado, en que se entregan ambas partes por total posesión de la una a la otra, con cierta consumación de unión de amor, en que está el alma hecha divina y Dios por participación, cuanto se puede en esta vidas (Cántico espiritual 22,3).
Todo cristiano debería recorrer esta escala de oración hasta la cumbre. La santidad está al alcance de toda alma que sea verdaderamente fiel a la gracia y generosa en el servicio de Dios. A nadie se le cierra el camino de las más altas cumbres de la unión mística con Dios. La mística no es un estado extraordinario reservado para unos pocos aristócratas del espíritu; entra, por el contrario, en el desarrollo progresivo y normal de la gracia santificante en toda alma fiel y generosa. La unión con Dios transformativa debería ser el preludio normal de la visión beatífica, alcanzado en este mundo por todos los fieles bautizados. Tal es la enseñanza clarísima de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, plenamente de acuerdo con los principios más firmes de la teología católica.
Teología Moral Para Seglares
Moral fundamental y especial.
Por el Rvdo. P. ANTONIO ROYO MARÍN, O.P.
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