San Pedro de Jesús Maldonado
1er Martir Chihuahuense.
Pedro
de Jesús fue hijo legítimo del señor Apolinar Maldonado y de la señora
Micaela Lucero, y tuvo siete hermanos. Nació el 8 de junio de 1892 en un
barrio de la ciudad de Chihuahua conocido como San Nicolás. (en lo que
hoy es la calle 25 y Degollado , junto al Parque Urueta) Recibió el Santo Bautismo en la Catedral de Chihuahua (La pila Bautismal que se conserva en la Parroquia del Santo Niño de Atocha) sede de la Parroquia del Sagrario , el 29 de Junio del mismo año de su nacimiento (1892). Y también su Confirmación.
Primeros estudios[1]
Muy
pequeño aprendió las primeras letras en la escuela de la Señorita
Marianita Gómez Gutiérrez, en las llamadas Escuelas Guadalupanas, que
tenia establecidas el Padre Pedro Delgado S.J. de santa memoria. En
aquel entonces la atención del Santuario de Guadalupe estaba encomendada
a los Padres Jesuitas.
Hacia
los nueve años nos sigue contando Mons. Quiñones en su librito ingresó a
la escuela particular , anexa a Seminario , que dirigían los Padres
Paúles, distinguiéndose siempre por su piedad y su dedicación al
estudio. Las condiciones de pobreza por las que atravesaba el Seminario
y en especial la deficiente alimentación, fueron la causa de que el
Padre se desarrollara débil y enfermizo , lo que originaron que saliera
un corto tiempo del Seminario , que dedicó para estudiar música: piano
armonio y violín .
Comentaba
el mismo Padre Maldonado nos dice Mons. Quiñones en su libro citado que
…..en ese tiempo, al ir un día con su violín bajo el brazo a tomar su
clase, se encontró con un compañero del Seminario, el Padre Manuel
Enríquez , quien le dijo que “ese no era su camino”.
El reconoció la voz del Señor que lo llamaba y de nuevo regreso al Seminario.
El
Padre Félix Martínez en su Historia del Seminario cuenta: “ los
pilares de la vida espiritual del Seminario serían principalmente el
amor a Jesús, presente en la Eucaristía, y el sentir el amor maternal de
la Virgen María” Prueba
del gran arraigo de la devoción mariana en el seminario es cuando todos
los alumnos del seminario (36 en total) recibieron el distintivo de la
congregación mariana el 27 de Noviembre de 1908
El padre José Morales Tijerina el tercer rector del Seminario desde el 23 de Agosto de 1912. En
una ocasión (esto lo conto el propio Padre Morales, años más tarde) al
preguntarle al seminarista Pedro Maldonado el propósito principal que
había sacado de sus ejercicios, el contesto: “He pensado tener mi
corazón siempre en el cielo y en el Sagrario”.
Durante estos años, Chihuahua, como toda la Nación, se encontraban en los tiempos aciagos de la Revolución Mexicana
En
los años de 1913 a 1914 ante la persecución religiosa muchos
seminaristas huyeron a El Paso Texas, pero el seminarista Pedro de Jesús
permaneció en la capital de Chihuahua, con su familia y sus
privaciones.La mayor parte de sus años de estudio fueron vividos en sosobra y grandes dificultades
En
1918, terminada su preparación verdaderamente sacrificada, a punto de
su ordenación, fue enviado El Paso, Texas a recibir las Sagradas Ordenes
por que el Sr Obispo Don Nicolás Pérez Gavilán se encontraba enfermo en
la Cd. De México.
Ordenación Sacerdotal.
Le
confirió el Orden Sacerdotal el Sr Obispo de la Diócesis de El Paso,
Texas, Don Jesús Schuler S.J. la mañana del 25 de enero de 1918 en la
Catedral de San Patricio.
Una
vez recibida la ordenación sacerdotal regresa a la ciudad de Chihuahua
para celebrar su primera misa solemne, la cual se realiza el 11 de
Febrero de ese mismo año, festividad de la Santísima Virgen de Lourdes,
de la cual era muy devoto
Empezó
entonces su actividad de apóstol incansable. La escasez de sacerdotes
hizo que a los pocos días de ordenado fuera nombrado Párroco.
Su
primera Parroquia fue san Nicolás de Carretas en el año de 1918; ese
mismo año fue encargado de la atención de las Parroquia s de San
Francisco de Borja y San Lorenzo.
El Padre Pedro de Jesús Maldonado Lucero hacia 1921 o 1922
El
17 de Diciembre de 1922 se funda en Chihuahua, el Consejo Nº 2419 de
Caballeros de Colon con el nombre de “Fray Alonso Briones” entre los
sacerdotes fundadores esta el Padre Pedro de Jesús Maldonado.
En
su primera parroquia en San Nicolás de Carretas que atiende junto con
la de San Lorenzo. Ahí fundaría de inmediato un turno de la Adoración
Nocturna Mexicana
En
Diciembre de 1922 es trasladado a la parroquia de Santa Rosa de Lima.
Cusihuiriachic, pueblo minero en el que desplegó mucho su trabajo por
desterrar los vicios y malas costumbres….dice Mons. Quiñones en su
librito. Mucho hizo por el bien espiritual de esos lugares, levanto la
devoción a la Santísima Virgen, fundó la cofradía de Ntra. Sra. del
Carmen y la catequesis de los niños y los adultos , impulsando la
oración de la vela perpetua.
En
octubre de 1923 fue trasladado a la parroquia del Santo Cristo de
Burgos en Jiménez, Chihuahua vivió en gran pobreza y en medio de
persecuciones .llenas de saña por la Masonería.
Un día fue arrastrado de su confesionario y golpeado brutalmente por su celo pastoral .
La
golpiza le causó graves problemas de salud y tuvo que ser transferido
un mes después, de nuevo a la Parroquia de San Nicolás en Carretas y
el 1º de enero de 1924, a sus 32 años, es nombrado párroco de Santa
Isabel, donde había de permanecer hasta su muerte, es decir, 13 años con
diversas interrupciones. Pero sobre todo será este tiempo de duras y
constantes persecuciones
El
Padre Maldonado durante los años 1926 hasta su martirio en 1937
permaneció en su Parroquia ejerciendo el ministerio fuera de las
Iglesias, con el mismo celo y mayor sacrificio,
Durante
trece años el Padre Maldonado atendió las necesidades espirituales de
la gente de la parroquia de santa Isabel. Eran años difíciles para la
Iglesia pero dos grandes aspectos de su vida brillaron la oración y su
celo apostólico.
El Padre Maldonado pasaba largas horas de rodillas en oración ante el Santísimo Sacramento.
De
esas largas horas de oración sacó las energías, el dinamismo y el
vigor para predicar, enseñar, administrar los sacramentos y sostener
la escuela parroquial.
Aunque
sus actividades apostólicas eran múltiples y variadas, se centraban en
dos temas principales: los ejercicios espirituales y la adoración al
Santísimo Sacramento.
El Padre Maldonado era sumamente sensible a las necesidades de la gente, solía ayudar a los pobres con dinero y ropa.
Le
gustaba visitar los campos en tiempo de cosecha y los campesinos le
pedían que les bendijera los campos invadidos por plagas de chapulines,
son muchos los testimonio de que mas de una vez expulso la langosta de
los campos con su oración.
Era
un apóstol incansable para ganarlos a todos para Cristo y apartarlos de
los peligros. Con bondad y mansedumbre atraía a sus feligreses al Reino
de Dios.
En
la Cuaresma organizaba ejercicios espirituales de encierro tanto en
la Parroquia como en los ranchos más grandes, y era inmenso el fruto
espiritual que de ellos sacaba.
El
Padre Maldonado sostenía una bonita relación con Bonifacio Martínez,
entonces su monaguillo en una de las torres de la Iglesia de San
Francisco de Borja, a la que llegaba por una escalera de cantera en
forma de caracol, mientras esperaban que se llegara la hora de llamar a
misa.
En
una ocasión, recuerda el entrevistado, le estuvo platicando de su
preocupación por mejorar las condiciones morales de los católicos. En
esa época, la afición por el licor y a una vida desordenada de los
hombres, significaba dolor para el P. Maldonado. Su actitud de
intransigencia para el pecado, lo hacía pasar ante los feligreses como
un cura muy enérgico.
Pero
también destacaba por su devoción favorita que era la de rezar tres
Aves Marías en la mañana y en la noche, todos los días agregando la
jaculatoria.
“¡Oh María, Madre mía,
Líbrame este día de pecado mortal,
Y por tu Concepción Inmaculada Oh María,
Purifica mi Cuerpo y Santifica mi Alma!”.
Y
le agregaba el comentario a su acólito Bonifacio: “esa es mi devoción,
te encargo que tú también lo hagas, y si lo haces, allá nos vamos a ver
en el Cielo”.
Su amor a la Eucaristía
Una
expresión más de su amor a la Eucaristía era que no desaprovechaba
ninguna oportunidad, siempre que estuviera a su alcance, de participar
en los grandes eventos que se realizaban en honor de la Eucaristía.
Entre esos eventos, los más importantes son los Congresos Eucarísticos.
A
pesar de las dificultades para viajar en aquellos años, por la falta de
los medios modernos que tenemos hoy y por las dificultades adicionales
que había en el país, el Padre Maldonado viajó a la ciudad de México
para participar en el Primer Congreso Eucarístico Nacional, que se
celebró del 5 al 12 de octubre de 1924.
Congreso Eucarístico México 1924
Por
iniciativa del cura de Tlalpan, Antonio Sanz Cerrada, se dio impulso a
la idea de celebrar un Congreso Eucarístico Nacional. El 20 de Marzo de
1923 los obispos del país dieron el Edicto Pastoral por el cual se
acordaba la celebración del Primer Congreso Eucarístico Nacional,
programando su celebración para Febrero de 1924, siendo el presidente de
la Comisión Organizadora Mons. Leopoldo Ruiz y Flores, arzobispo de
Michoacán, y Mons. Emeterio Valverde Téllez, obispo de León,
vicepresidente.
De
inmediato la A.C.J.M. externó su apoyo al Episcopado, y se dedicó a
promover el Congreso, organizando además dar facilidades a los
participantes para asistir. Debido a la rebelión militar de Adolfo de la
Huerta, el Congreso Nacional no empezó sino hasta el 5 de octubre de
1924, cuando dio comienzo la reunión. El éxito del Congreso fue inmenso;
hubo conferencias, aplausos, discursos que entusiasmaron a los
católicos.
El
fervor religioso despertado por el Congreso Eucarístico era un gancho
al hígado para los anticlericales, y el presidente Obregón lo recibió
como un desafío de los católicos, quienes lejos de doblar la cabeza por
el incidente del Cubilete, proclamaban abierta y estruendosamente la
Majestad de Cristo
Así
pues, Obregón extendió un comunicado a Eduardo Delhumeau, Procurador
General de la República, denunciando al Congreso y a sus participantes
por “violar las Leyes de Reforma, con actos de culto externo”, añadiendo
que el Ejecutivo estaba obligado a cumplir las leyes -aunque fueran
enemigas del pueblo-, y poco después se impartían sanciones a los
empleados públicos que hubieran colocado imágenes en sus casas con
motivo del Congreso: Ni más ni menos que represión por cuestiones
religiosas
Negros
nubarrones se acumulaban ya en el cielo espiritual de México,
presagiando la tormenta de la persecución que pronto se iba a desatar
sobre los católicos mexicanos, y aquel testimonio de fe sirvió para
fortalecerlos ante la prueba que los esperaba.
Eso
mismo significó el congreso para el padre Maldonado: una nueva oración
en el huerto, una lucha interior y finalmente el consuelo de la fe que
lo hizo tan fuerte en la hora del peligro: la Eucaristía
Apenas
dos años después, en 1926, el padre Maldonado partió también a la
lejana ciudad de Chicago para tomar parte en el XXVIII Congreso
Eucarístico Internacional que se celebró en esa ciudad.
Hoy
día cualquiera la pensaría dos veces para ir hasta Chicago a un
Congreso Eucarístico, pero el padre Maldonado, un sacerdote tan austero,
que no gastaba nada para su propio placer y que nunca se le hubiera
hacer un viaje tan largo por simples vacaciones, no dudó en hacerlo
porque se trataba de honrar al Santísimo Sacramento
Durante
largos periodos, tanto en la década de los veinte como sobre todo en la
de los treinta, el padre Maldonado tuvo que ejercer su ministerio a
salto de mata, como conejo perseguido por el cazador.
Celebraba
la Misa y los demás sacramentos a escondidas, en casas particulares, en
graneros, en arroyos y en cuevas. Se había mandado hacer un pequeño
altar portátil que llevaba a todos lados.
El
padre Maldonado valoraba tanto la celebración de la Misa para sus
feligreses, que aun con peligro de su vida no quería dejarlos privados
de ella. En una ocasión, en 1934, la policía lo expulsó al Paso, Texas.
Ahí hubiera podido quedarse en paz con su Obispo y los demás sacerdotes
exiliados, pero el padre Maldonado regresó a los pocos días a su
parroquia a escondidas, para seguir administrando los sacramentos.
Entre
1926 y 1929 fue constantemente cazado según biógrafos "como a un
animal". Los tres periodos de la persecución religiosa vieron al Padre
Maldonado huyendo constantemente de la policía y de los agentes de
gobierno.
El
Viernes Santo de 1936, mientras regresaba a su escondite en el poblado
llamado La Boquilla, en Santa Isabel, después de una visita para ayudar a
una mujer moribunda en la vecindad de la estación del tren del mismo
pueblo, fue emboscado junto con sus acompañantes. Al día siguiente se
contaron doscientos cartuchos en el lugar de la emboscada.
Uno
de los grandes deseos que tuvo el Padre Maldonado durante toda su vida
fue el de dar su vida por Cristo. Le ofrecía su vida al Señor para que
cesara la persecución y la Iglesia viviera en libertad. Otra cosa que le
pedía al Señor era que no lo dejara privado de la Comunión sacramental a
la hora de su muerte. Estos dos deseos se los concedió nuestro Señor de
una manera admirable.
El 10 de febrero de 1937(miércoles de ceniza) inicio de su Martirio.
El
Padre Maldonado, como era ya habitual, no podía utilizar ni el templo
parroquial de Santa Isabel ni sus anexos. Tenía que atender a sus
feligreses a escondidas como un delincuente.
En
esa ocasión había hecho su centro de operaciones en la casa de unas
señoritas Loya, en la Boquilla del Río, a unos tres kilómetros del
centro de Santa Isabel. Esa mañana el padre celebró la Misa e impuso la
ceniza a los fieles en un cuarto improvisado como capilla.
Como
a las cinco de la tarde, o tal vez un poco antes, el Padre se
encontraba rezando el Oficio Divino acompañado por algunas personas,
cuando en eso llegó la policía a aprehenderlo por orden de las
autoridades.
Lo
acusaban de haber prendido fuego a la escuela de Santa Isabel, pero el
motivo era en realidad que seguía celebrando Misa sin permiso. Después
de un intento fallido de esconderse, el Padre finalmente se entregó,
pero antes pidió que le dieran el relicario con ocho o diez Hostias
consagradas que tenía para la comunión a los enfermos.
El
motivo de pedirlo fue tal vez que no quería desprenderse del Santísimo
Sacramento para evitarle faltas de respeto y hasta profanaciones en
aquella difícil situación, pero el pensar que con él estaba más seguro
prueba que no se imaginaba hasta dónde iban a llegar sus enemigos.
Después
de un penoso recorrido de tres kilómetros, a pie y empujado por los
policías, que iban a caballo, al llegar a la presidencia pasó el Padre
la puerta, pero de inmediato el presidente municipal lo tomó de los
cabellos y le propinó un golpe. Luego, cuando iba en el segundo escalón,
pues lo llevaban al segundo piso, otro verdugo lo recibió con un
tremendo golpe con las cachas de la pistola en la frente, quebrándole el
cráneo en círculo y casi saltándole el ojo izquierdo.
Al
caer sobre los escalones los esbirros lo arrastraron hasta el segundo
piso y ahí siguieron golpeándolo en el piso con las culatas de sus
rifles.
Cuando
cayó la primera vez y mientras era arrastrado escaleras arriba, el
Padre no soltó el relicario, pero ya en el segundo piso, mientras lo
seguían golpeando tirado en el piso, el relicario se le soltó de las
manos y se abrió y las Hostias se desparramaron por el piso.
Entonces,
según una versión de los hechos, el presidente municipal, con
desprecio, recogió las Hostias y se las metió en la boca diciéndole:
"Cómete eso". ¡Así se cumplió el deseo del Padre de comulgar en la hora
de su muerte!
De
ese viático sacó el mártir las fuerzas espirituales que le hacían falta
en ese supremo momento de su vida: fuerzas para confesar a Cristo con
su vida y al mismo tiempo para morir perdonando a sus asesinos.
Unas
mujeres no pudiendo hablar por teléfono consiguieron un carro que las
llevo a Chihuahua para pedir garantías al Gobernador .
Este
se limitó a mandar una comisión de la Policía Secreta para que
recogieran al herido. Cuando éstos llegaron a Santa Isabel, el Padre
permanecía en el piso, moribundo, semi- inconsciente, lleno de golpes en
la cabeza, cara, brazos, espalda en general todo el cuerpo. Al verlo en
estas condiciones los policías levantaron una acta por si se les moría
en el camino, así hicieron constar el estado en que lo recibieron para
que no se les culpara a ellos ; y en la camioneta lo echaron y se lo
trajeron a Chihuahua.
Al
saber el Sr. Obispo lo que pasaba envió al Hospital al Padre Francisco
Espino Porras( Después Obispo Auxiliar) y al Padre Sixto Gutiérrez,
para que se enterara del estado del Padre.
Muerte del Padre Maldonado.
El
cadáver del Padre fue llevado con gran respeto a la casa episcopal
(entonces en el Paseo Bolívar y decima ) ataviado con todas las
vestiduras sacerdotales, en un sencillo ataúd que se coloco en la
improvisada capilla ardiente
En
el Registro Civil de la ciudad de Chihuahua, en el libro número 117, de
la Sección de Defunciones, está registrada el acta número 171, firmada
por el Juez del Registro Civil en la que hace constar que a las 17
horas. 15 minutos, del jueves 11 de febrero de 1937, recibió un oficio
del Juzgado 1o. de lo Penal, número 106, del Distrito Morelos,
Chihuahua, en el que se le comunica que le fue practicada la autopsia de
ley al cadáver de quien en vida llevara el nombre de PEDRO MALDONADO y
se ordena proceder de inmediato a su inhumación.
Según
esa misma acta, el difunto contaba al momento de fallecer 42 años de
edad, era sacerdote católico originario de la ciudad de Chihuahua y
vecino de General Trías. El
juez dispuso también que se verificara la inhumación del cadáver ese
mismo día a las dieciocho horas en el Panteón de Dolores, en el lote
particular de la familia Enríquez.
Como
se ve, la suposición del juez, basada en la autopsia, sobre la causa de
muerte del sacerdote, es que fue por homicidio, cosa que posteriormente
sería probada por los testigos oculares y los documentos relacionados
con el caso, realizado bajo el abrigo de la ley.
Para
el Pueblo de Chihuahua, así como para sus hermanos sacerdotes y el
obispo diocesano, Don Antonio Guízar y Valencia, el Padre Maldonado fue
un mártir.
Llegada
la hora de dirigirse al cementerio , varios hombres cargaron el ataúd
en sus hombros ya que algunos miembros de la Adoración Nocturna se
negaron a usar la carroza, prefirieron hacer el recorrido a pie,
seguidos por la muchedumbre En
el trayecto se rezó el Santo Rosario y se entonaron cantos religioso
y vivas a Cristo Rey, a la Virgen de Guadalupe y al Papa El Padre
Raigoza cuenta que aquí es cuando se cumplió el sueño que había tenido
el Padre Maldonado un día antes de su muerte, pues al iniciar el
recorrido la gente iba muy triste rezando entre murmullos el rosario ,
en Jalisco cuando iban a sepultar a un cristero, la gente no lloraba ni
iba triste sino que había alegría por que se trataba de una católico
que había muerto por la causa religiosa.
Manifestación de protesta
…sigue
la nota de “ la Verdad”: “ Por fin llego el día señalado y a pesar de
la propaganda que se hizo en contra de la manifestación, mucho antes de
la hora fijada empezaron a llegar presurosos los católicos al Paseo,
frente al Parque Lerdo de Tejada; y desde luego y a cada momento de
parte de la Presidencia Municipal trataban de disolver los grupos que y
empezaban a formarse.
La
manifestación solo debía de hacerse en los limites del Parque Lerdo,
por eso“ los comisionados hicieron esfuerzos sobre humanos para que así
se hiciera, pero todo fue inútil, y el Pueblo católico chihuahuense
sintiendo la fuerza de su derecho y en un momento de justa rebeldía,
contra disposiciones arbitrarias, desfilo por las principales calles de
la ciudad en el mas perfecto orden. Mas de quince mil personas de ambos
sexos y de todas clases sociales formaron el compacto grupo que pedía
libertades y justicia.
Recuerda
Alfonso Arronte que al iniciar la caminata del Parque lerdo para llegar
hasta el Palacio Federal, a la altura de la calle segunda y Bolívar
empezaron a salir los policías rurales para bloquearlos
Al
llegar al Palacio Federal, los manifestantes se extendieron en toda las
graderías del edificio, para escuchar a los oradores.
Primero
habló la señorita Isabel Torres, quien pidió que se castigara a los
culpables de la muerte del Padre Maldonado y solicito al gobernador del
estado que se reanudaran los cultos en los templos
De
ahí se encaminaron a la Plaza Hidalgo, en donde hicieron uso de la
Palabra Alfonso Arronte, Luis Batista y el Ingeniero Benjamín Elías.
Todos los oradores eran miembros de la Acción Católica, el discurso mas acalorado fue el de Benjamín Elías.
Recordó
a la multitud que ellos representaban los sentimientos de la mayoría
del Pueblo de Chihuahua y lamentó que las campanas de los templos
católicos del estado, especialmente las de catedral que habían doblado
para celebrar la victoria del ejercito mexicano sobre los franceses,
ahora estuvieran calladas
Estas
palabras provocaron un sentimiento de entusiasmo en la multitud que se
dirigió en tropel a la Catedral a tocar las campanas que por tres años
estuvieron cayadas.
Mientras la multitud cantaba el Himno Nacional
Varios
miles de personas de ambos sexos y de todos los sectores sociales
participaron en esta manifestación que se prolongó hasta después de las
13: 30 horas, disolviéndose después de haber hecho sonar las campanas
por mas de una hora en Catedral, en el templo de San Francisco, en el
Santuario de Guadalupe y otros.
La Cruzada Mariana en Junio de 1937 publica: Apertura de los cultos en nuestra ciudad: el día primero del mes hermosísimo de las flores
Su Excia. Mons. D. Antonio Guizar Valencia Ntro. Dignísimo Prelado, ofició públicamente en la Catedral como su sede.
La afluencia de fieles a dichos templos fue imponente pues ya hacia dos años y medio que Chihuahua carecía de culto publico
Algunos
años después de la muerte del Padre Maldonado, el Sr. Obispo Don
Antonio Guizar y Valencia, convencido de que algún día se abriría su
proceso de canonización le encargo de palabra a Monseñor Martín L.
Quiñones Que recogiera todo el material que pudiera sobre la vida y martirio del Padre Maldonado.
En
1975 Don Adalberto Almeida y Merino, Arzobispo de Chihuahua, nombró
oficialmente a Mons. Quiñones Promotor de la Causa de Canonización del
mártir chihuahuense.
Don José Fernández Arteaga
Nombrado
por Juan Pablo II, como Arzobispo Coadjutor de Chihuahua el 27 de
diciembre de 1988, tomando posesión el 25 de enero de 1989. Sucede en el
gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Chihuahua al Excmo. Mons.
Adalberto Almeida y Merino el 24 de junio de 1991, recibiendo el palio
arzobispal el 29 de junio, así mismo toma posesión como tal el 6 de
julio. A el llevara a termino el proceso de beatificación y de
canonización.
El
Papa Benedicto XVI acepta su renuncia al gobierno pastoral de la
arquidiócesis de Chihuahua el 29 de septiembre de 2009, y nombra como
sucesor al Excmo. Mons. Don Constancio Miranda Weckmann.
Los
esfuerzos anteriores culminaron el 22 de noviembre de 1992, cuando el
Papa Juan Pablo II beatificó solemnemente, en la Basílica de San Pedro,
al P. Cristóbal Magallanes y a sus 24 compañeros mártires, entre éstos al Padre Pedro Maldonado. Emblemática
es el contenido de la homilía de Juan Pablo II en la ceremonia de
beatificación de algunos mártires, el día de Cristo Rey, en noviembre de
1992.
"Mediante
la sangre de su cruz", también ellos dieron testimonio de que Cristo es
Rey y proclamaron su reino en toda su patria, que en ese tiempo se
hallaba sometida a prueba por una persecución sangrienta.
Durante
las duras pruebas que Dios permitió que experimentara su Iglesia en
México, hace ya algunas décadas, éstos mártires supieron permanecer
fieles al Señor, a sus comunidades eclesiales y a la larga tradición
católica del pueblo mexicano.
Con
fe inquebrantable reconocieron como único soberano a Jesucristo, porque
con viva esperanza aguardaban un tiempo en el que volviera a la nación
mexicana la unidad de sus hijos y de sus familias.
Características
de los beatificados: Antes de la persecución una expresión de ejemplar
vida sacerdotal y eclesial; amor a la Eucaristía; y devoción a la Virgen
de Guadalupe
Después
de la beatificación el proceso siguió adelante para obtener también la
canonización, que es la culminación del proceso y que autoriza a venerar
a estos mártires no sólo en sus propias regiones sino en todo el mundo.
El
28 de junio de 1999, en presencia del Papa Juan Pablo II, la
Congregación de las Causas de los Santos promulgó los decretos para la
canonización de los mártires.
Finalmente,
el 10 de mayo del año 2000, en Consistorio ordinario público, el Papa
Juan Pablo II señaló oficialmente la fecha del 21 de mayo del Año del
Gran Jubileo del 2000 para la canonización de nuestros mártires.
Como
parte del proceso se exhumaron los venerables restos del Padre
Maldonado de su tumba en el cementerio de Dolores y se depositaron en la
urna que se conserva en la Catedral de Chihuahua
El
día de la canonización el Sr. Arzobispo emérito Don Adalberto Almeida y
Merino preside la Eucaristía en la Catedral de Chihuahua.
El
Sr, Arzobispo Don Constancio Miranda Weckmann convocó a celebrar el
75 aniversario del Martirio de San Pedro de Jesús Maldonado con un año
Jubilar (11 de febrero del 2011 al 11 de febrero del 2012).