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La inculturación de la Fe en África


1. EL FUNDAMENTO DE LA INCULTURACIÓN: LA ENCARNACIÓN DEL VERBO

La iglesia en África considera como una prioridad la inculturación, es decir, el proceso mediante el cual la fe cristiana se encarna en las culturas. La razón está en el hecho de que la inculturación tiene su raíz en la encarnación del Verbo de Dios. Dado que esta fue real y concreta, la encarnación del Hijo de Dios, ha sido una encarnación cu1tural.

Así el Verbo de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1,14), del mismo modo, es necesario que la Palabra de Dios se encarne para ser anunciada y proclamada a los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares . Así como la humanidad de Cristo fue el condicionamiento histórico del Verbo de Dios, de igual forma, la Palabra de Dios y la Eucaristía deben pasar por el condicionamiento histórico del contexto humano. Una fe que no se hace cultura, es una fe que no ha sido plenamente acogida, enteramente pensada ni fielmente vivida.

La Conferencia Episcopal del Zaire (CEZ), por ejemplo, respecto a la inculturación - que ella considera como una opción pastoral que sostiene a las demás y les sirve de fondo -, afirma que el Zaire no será cristiano mientras no asimile el cristianismo. Mientras no pueda pensar y expresar en lenguaje africano su experiencia de Cristo (doctrina y vida)... esta africanización del cristianismo se debe dar a todos los niveles: expresión teológica del mensaje, africanización de las estructuras del gobierno y del ejercicio de la autoridad, géneros literarios africanos en la predicación y oratoria sagrada, expresión y simbolismo africanos en la liturgia, búsqueda de los valores: la solidaridad, el compartir, la vida comunitaria, la hospitalidad, entre otras, en el modo de vivir de la iglesia zaireña y en las manifestaciones colectivas de la fe...

2. LA INCULTURACIÓN LEJOS DE SER ALGO FOLKLÓRICO

La inculturación, es para la Iglesia católica en África una cuestión de fidelidad a la tradición bíblica y eclesiástica, magistralmente presentada en la instrucción Ad Gentes del Concilio Vaticano II: Es necesario que en cada gran territorio socio-cultural se promueve aquella consideración teológica que someta a nueva investigación, a la luz de la Tradición de la Iglesia Universal, los hechos y palabras reveladas por Dios, consignadas en la Sagrada Escritura y explicadas por los Padres y el Magisterio de la Iglesia (AG 22).
A partir de las consideraciones precedentes, la Iglesia Católica en Zaire, a distintos niveles (la Conferencia Episcopal, la Facultad de Teología, las parroquias y las diversas comunidades eclesiales vivas) se esfuerza por encontrar las vías y medios de una verdadera inculturación de la fe cristiana y de la vida de las comunidades. 
Una de estas experiencias inculturación de la fe ya iniciada ha sido la introducción del Misal Zaireño que conjuga muy bien la experiencia de la Tradición de la Liturgia Romana y el aporte cultural africano.
LA LITURGIA DE LA MISA EN EL "RITO ZAIREÑO"
a. EL Misal Romano para las Diócesis del Zaire
La Santa Sede, el 30 de abril de 1988, aprobó por el decreto Zairensium, las experiencias antiguamente llamadas Rito Zaireño de la celebración eucarística. Según las directivas conciliares de la SC, salvaguardando las normas y lo sustancial del Rito Romano, el Rito Zaireño ha introducido muchos elementos culturales africanos.
b. La invocación de los Antepasados o Ancestros
El ritual consagrado en el Misal Romano propio de las Diócesis del Zaire, comienza directamente, después de haber puesto al pueblo en presencia de Dios, con una letanía de invocación a los santos. Entre estos, amigos de Dios, se invoca también a los antepasados de corazón sincero, aquellos antepasados nuestros que, sin haber conocido el Evangelio, han vivido según sus conciencias y la Ley natural (En la antropología africana, se considera antepasados, sólo a los buenos: aquellos que nos transmitieron el orden ético, social y cultural).
Detrás de esta Invocación se escoden síntesis muy rica de la visión africana del hombre con el dogma de la redención universal de Jesucristo. El africano se considera como el fruto de un sinfín de solidaridades, como el extremo de cada cadena de vida que le mantiene unido a su antepasado-origen, a través del cual se arraiga en Dios, fuente de la vida. En África, vivir quiere decir vivir-con-otros, vivir en armonía, no sólo con lo que rodea a la persona en su entorno cotidiano, sino también con esta cadena invisible de vida, compuesta de seres humanos que unen el africano con Dios.
El africano es un ser que quiere comulgarse con la fuerza vital , por eso invoca a los antepasados de estar cerca de él. Si, un cristiano africano invoca a sus antepasados para recabar su bendición, sabiendo que el ancestro por excelencia, el que da sentido a la intercesión de la cadena de la vida, es Cristo, el Proto-antepasado, el primer nacido de entre los muertos. Por el dogma de la redención universal realizada en Jesucristo sabemos que todos los hombres y mujeres son hermanos en Cristo. Esta fraternidad derriba las barreras entre tribus (cf. Ef 2,14-17) y permite a los descendientes de una tribu o de un clan poder invocar indiferentemente a sus propios antepasados y a los de otras tribus.
c. Introducción de la danza
El africano es primordialmente una persona de comunión para quien el ser necesariamente es ser-con, estar-con. Esta constante del africano se concretiza en un deseo profundo de armonía con todo y con todos. La danza no es solamente un instrumento de expresión corporal o una manifestación puramente lúdica, superficial, del estar y del ser con: Por ello, la danza tiene que formar parte, necesariamente de la Eucaristía que es un banquete de comunión, de fraternidad, de participación y de alegría.
Generalmente , el africano canta y baila; cuando celebra, todo su cuerpo participa en la celebración; así pues, se danza en la procesión de entrada, en el momento del Gloria se baila alrededor del altar y cuando se lleva el libro de los Evangelios para su lectura, en el Credo, en el momento de la presentación de los dones, en el Santo y a la conclusión de la celebración; al mismo tiempo, durante la misa, se lleva el incensario y se le pone incienso que manifiesta la voluntad de comulgar a la voluntad vital que brilla alrededor del altar del sacrificio de Cristo. Y en esta la comunidad entera: sacerdotes, ministros y pueblos; una danza simple, devota, a través de la cual se manifiesta toda una vida de fe. 
La veneración del altar se expresa al principio de la misa, el sacerdote alza las manos en forma de U besando en la mitad de cuatro esquinas del altar, durante este momento los ministros quedan profundamente inclinados.
d. La proposición del rito penitencial
El rito penitencial se sitúa justo después de la Liturgia de la Palabra, para respetar la tradición africana que verla con ojos extraños que se empiece una reunión pidiendo perdón, sin que los varios componentes de la reunión hayan tenido la ocasión de saludarse ni de explicarse.
Esta visión aplicada a la celebración de la eucaristía, permite a cada uno cuestionarse ante el Señor que le habla en la Liturgia de la Palabra; porque cuando el Señor reprocha (Salmo 50), el individuo así interpelado no puede sino exclamar piedad de mi, Señor.
Otros explican que el acto penitencial es colocado después de la homilía , de la profesión de fe y el rito de la paz y la oración de los fieles; pues la estructura del Palabrio africano que da la primacía al líder y al jefe, que organiza la escucha de su palabra con interdicción de interrumpir sobre todo cuando en la tradición africana se organiza la reconciliación comunitaria, el jefe habla y después todo el pueblo pido perdón.
Así el acto penitencial posee un argumento teológico, recuerda que la Palabra es eficaz y liberadora... durante el acto penitencial, el presidente de la celebración recorre el templo rociando la asamblea con agua bendita, que recuerda el bautismo; la Liturgia de la Palabra está en función primera: alimentar el pueblo de Dios, introducirle en la voluntad de Dios sobre el mundo, reconocer sus fallas y pedir perdón por la reconstrucción del mundo.
e. La introducción del estilo dialogal
Al africano le gusta la palabra, porque es fundamentalmente una persona de diálogo, al que le horroriza el monólogo, que es la expresión del individualismo. En África, la palabra es plenamente comunitaria, un intercambio constante y un esfuerzo para ponerse de acuerdo; y se dialogo con todo, no sólo con la palabra, sino también con regalos, con visitas y con la oración, que es el culmen del intercambio entre Dios y el hombre.
f. Los objetos litúrgicos
La adopción de un mobiliario, de los vestidos litúrgicos y de los colores en conformidad con los símbolos y el carácter propio de la idiosincrasia africana.
g. La introducción del anunciador
En la celebración de la misa, antes que empiece la eucaristía, el anunciador, que no es un ministro ordenado, juega el papel de precursor: anuncia los acontecimientos de la misa, reaviva la comunidad cristiana que va celebrando antes que empiece la celebración; el anunciador, en hábito expresivo de su función, se presenta frente a la asamblea de los fieles, toca un instrumento que invita al silencio y anuncia que la misa va a comenzar, presenta el sacerdote, el diácono y a todos los ministros de la celebración, al final invita a los fieles y al coro a ponerse de pie para entonar el canto que abre la celebración.
El anunciador en África tradicional es el que también proclama la carta de la vida interior, es el gula que predica, el que consuela, suscita la esperanza y anuncia la situación catastrófica que llegará en la comunidad.

3. EL ESQUEMA DE LA CELEBRACIÓN EN EL RITO ZAIREÑO

1. El canto de entrada: hay procesión de los ministros de la celebración, acólitos y sacerdote en fila bailando hasta el altar, se lleva la cruz, velas e incensario.
2. Veneración del altar: el sacerdote, presidente de la celebración, alza las manos en forma de U, venera el altar en la mitad de cada lado y otros ministros quedan inclinados.
3. Señal de la cruz: para manifestar que se está en la presencia del Señor.
4. Invocación de los santos y antepasados de buen corazón: En cada invocación se responde están con nosotros. Por ejemplo: y ustedes nuestros antepasados: están con nosotros. El africano quiere comulgar con la fuerza de la naturaleza, para él, los muertos no están muertos, sino que nos acompañan siempre.
5. El Gloria: Se canta y se baila, los ministros de la celebración lo hacen alrededor del altar y los fieles en sus puestos. El africano no se siente solo, sino en comunión con los vivos y los muertos y con la fuerza de la naturaleza; por eso quiere estar en comunión con la fuerza vital que se rayona alrededor del altar y después se canta la oración Colecta.
6. La liturgia de la Palabra: Antes de toda lectura, el anunciador hace la introducción sobre la lectura y quien va a leer pide la bendición para el servicio que realiza, después de cada lectura hay canto. 
7. La procesión del Evangelio: se hace con las velas y los ministros de la celebración y normalmente se va bailando y cantando. La homilía la hace el sacerdote o un laico y sigue el credo.
8. El acto penitencial: Hay una fórmula propia para pedir perdón y después se rocía agua bendita para recordar el bautismo a la que le sigue la oración por la paz.
9. La oración de los fieles: Es propuesta por el anunciador.
10. La presentación de las ofrendas: La procesión parte hasta llegar al altar y los oferentes lo entregan al sacerdote que lo presenta cantando o hablando, y la misa sigue como en el Rito Romano.
11. La salida: Se canta y se baila como en la entrada, hay también procesión hasta a fuera del templo. 

Publicado por Silvia S.A.

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